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Algo sobre mí. Nada que no sepas, seguramente, si has llegado hasta aquí.
Trabajo para Oberthur Card Systems, uno de los tres principales suministradores de tarjetas SIM del mundo. Como bien imaginas, ésta es sólo una forma amable de decir que es el tercer suministrador. A falta de que las entidades bancarias se decidan por la migración a EMV, nuestros principales, casi únicos, clientes son los operadores GSM. Mi cuenta es el grupo Telefónica Móviles, Méditel en Casablanca para tarjetas SIM, y Telefónica en Serrano Galvache para el proyecto PATI.
Llevo ya para nueve años trabajando en tarjetas. Comencé en EXCEL DATA, parte del grupo suministrador Microelectrónica Española. Una definición especialmente benévola y, por qué no, cariñosa, de dicha compañía, sería la de principal suministrador español del mundo. Ese infame sistema de control de acceso basado en tarjetas SIM, que cualquiera que trabaje para Telefónica Móviles en Madrid se habrá encontrado a la entrada de sus dependencias, fue mi primera obra maestra, fechada allá por diciembre de 1995.
Estudié Ingeniería Técnica en Telecomunicaciones, especialidad Telefonía y Transmisión de Datos, a curso por año, como no podría ser menos, en el célebre Campus Sur de la Universidad Politécnica de Madrid.
No tengo ni he tenido ningún tipo de pareja estable ni conocida. Carl Sagan lo habría llamado, a lo mío, estar solo en el universo.
Por último, pertenezco al selecto club de los enfermos crónicos. No necesitas saber mucho más. Sólo que sí, a veces duele, y no, no es ni la tercera ni la cuarta cosa en la que más piense durante mi vida.
Y ahora, un poco de coyuntura.
Mi casi patológica afición a coleccionar rostros, me ha permitido reconocer esta mañana a Marco, un muy viejo compañero de colegio. Trabaja para Veritas y tiene una pinta impecable. Era uno de los contados niños realmente inteligentes que he conocido, motivo por el cual celebro el encuentro.
Me cuenta Javi que su Alicia ha pospuesto tres meses más la operación que tenía que hacerse. Hasta el nuevo año, calculo. Además de guapa, Alicia fuma como un hombre, se seca tras darse una ducha como un hombre, insulta mientras conduce como un hombre, baila como un hombre, y ahora sabemos que aguanta el dolor como un hombre. Parafraseando a la madre de Dani Pedrosa en el anuncio del Cola-Cao: ¡Qué queréis, es una mujer!
Sigo el consejo de Diego y paso de incluir reflexiones sobre tecnología en un blog personal. Para eso, he creado un blog independiente, Debianchery. El nombre del blog es un juego de palabras con el nombre del mejor sistema operativo del mundo, y la expresión inglesa para hacer referencia al libertinaje. No tiene por qué hacerte gracia, claro.
Si no tienes nada mejor que hacer, y, no me engañas, no lo tienes, puedes echarle un vistazo a mis fotos en Flickr. Espero que te gusten.
Nada más. Bon journée!
Actualización: En Oberthur fui despedido, las cosas como son deben quedar escritas. Ahora trabajo para Telefónica I+D, aún en un proyecto de innovación acerca de las tarjetas inteligentes. Voy para doce años, ya...
Me alegra que sigas adelante con el blog que cuenta con el título más cojonudo de la red.
Pues sí, Ismael, mi mujer además de todas esas cosas, trabaja como un hombre y ha decidido posponer su operación por pundonor y deferencia hacia sus nuevos jefes y compañeros. Es un solete mi Alicia, un solete valiente.