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Recién nacida la segunda hija de los Príncipes de Asturias. Se ha tratado de un varón, de trece kilogramos de peso y de raza gitana —se especula con un ajuste de cuentas—.
La pequeña ha recibido el nombre de Sofía, en homenaje a su abuela. Durante horas se especuló con otros posibles nombres para la infanta, como Erika, en honor a Carmen Ordóñez; Juana, en honor al anoréxico favorito de la política española o Cesárea, en honor a los médicos que atendieron el parto.
El príncipe afirmó satisfecho haber asistido y colaborado durante el parto. En particular limpió sus propios vómitos sobre el suelo del paritorio.
Al igual que se hizo con Leonor, el cordón umbilical de Sofía será guardado en un banco para una posible utilización de las células madre. Reconforta imaginar a los médicos de la clínica privada jugarse el sueldo apostando a ver de qué niña es cada cordón.
A la abuela, la Reina Sofía, el nacimiento la sorprendió en Rusia, asistiendo al entierro del violonchelista Rostropovich. En realidad, la probabilidad de sorprender a la Reina Sofía en el entierro de un violonchelista es mayor que la de sorprenderla fregando los platos.
La Casa Real envió a los medios un refrigerio. Sin embargo, el Príncipe no brindó con los periodistas, ya que aseguró que este acontecimiento «hay que dejarlo dentro de una celebración moderada» El Príncipe Harry de Inglaterra, en cambio, sí se pilló ayer un pedo de cojones, aunque hay quien afirma que celebraba alguna otra cosa.
La línea de sucesión al trono queda así: El primer lugar para Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias. Los dos siguientes para sus dos hijas, las infantas Leonor y Sofía. El cuarto lugar para Elena de Borbón y el quinto para su hijo, Felipe Juan Froilán, más conocido simplemente como Froilán. En círculos cercanos a la realeza se especula con que la última esperanza de supervivencia de la dinastía es la de conseguir que sea este último, Froilán, el único Borbón a la antigua usanza, quien herede el trono de su abuelo Juan Carlos. No será de extrañar, así pues, que suceda algo bien parecido a un accidente y en el que perezcan Felipe, sus dos hijas, y la menos guapa de sus hermanas.