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Recuerdo aquel viejo adagio que dice que quien sabe, hace, y quien no sabe, enseña. Sospecho que durante algún tiempo lo he practicado así. Lo sospecho ahora, desde que estoy trabajando para Telefónica I+D: Nunca antes, y llevaba ya diez años trabajando, había estado aprendiendo tanto. Y aprendiendo continuamente. De alguna forma, aprender continuamente no te deja tiempo para compartir lo que estás aprendiendo, o lo que ya sabías de antes.
De ahí que no esté teniendo tiempo para escribir en el blog. De ahí que esté desarrollando la sensación —me temo que algún que otro bloguero la comparte— de que quien milita permanentemente en un blog esté perdiendo un tiempo que debería estar perdiendo aprendiendo. O compartiendo de otra forma.
Puede que si cambian las cosas —algunas cosas— vuelva. De momento me puedes encontrar en muchas listas de correo —Google te ayudará a buscarlas— donde compartir lo que uno sabe es más rápido y más inmediato, o también en Jaiku.
Ah. Mis orgasmos eran fingidos.
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