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Como creo haber escrito ya en alguna ocasión anterior, mis desconocidos y sin embargo queridos lectores deben saber que pertenezco al selecto club de los enfermos crónicos. Padezco una afección metabólica incurable y de origen genético que en su desarrollo normal mata niños. En la variante benigna que yo sufro, se limita a provocar una neuropatía periférica de carácter más leve y, al menos desde que estoy en tratamiento, mucho menos dolorosa y más llevadera que la que pueda sufrir cualquier afecto de esclerosis múltiple.
Lo normal es que ésta no sea la tercera ni la cuarta cosa en la que más piense a lo largo de un día cualquiera. Por desgracia, hay gente en el mundo, y por doble desgracia, alguno de mis actuales jefes está entre ella, que deja de saber tratarle a uno como persona en el momento en el que tiene la penosa ocurrencia de tropezar con una baldosa más alta que otra. Los muy canallas le hacen a uno complicadísimo estar enfermo y no parecerlo.
Con todo el cariño del que soy capaz, les deseo a todos acaben teniendo un hijo verdaderamente tonto. Verán lo poco que cuesta querer y soportar al mismo tiempo, la única ayuda en realidad necesaria, cuando no hay otro remedio y se intenta.
Para finalizar, un par de citas de literatos ilustres con las que resumir mi estado anímico actual.
Bajo el cadalso, los perros lamen la sangre seca de la mañana anterior. Anatole France
A la mierda. Francisco Umbral
Es una expresión sumamente universal en el mundo de la cultura. Apostaría a que el mismísimo Hemingway dijo algo muy similar antes de volarse el culo.
oyes ,no te me vengas abajo ok?.
supongo q no puedo ayudarte, pero si acaso en algun momento me necesitas aqui estoy quiero q lo sepas.
un beso fuerte fuerte.
Gracias, pero no estoy en horas bajas. Al menos, no por esto. Demonios, reclamo mi derecho a poder estar en horas bajas por cualquier otro motivo. :))