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Lo sé, es sólo deporte. Pero lo que ayer hizo Alberto Herreros es para el madridismo y al baloncesto casi equivalente a lo que en su día hizo Fernando Redondo en Old Trafford. Desde la esquina, a falta de seis segundos y con el gran Macijauskas encima, Herreros ejecutó el lanzamiento triple más espectacular y difícil que recuerdan los tiempos recientes, para la victoria de su equipo en el partido y en la final del campeonato. La mejor final que yo puedo recordar desde que nos falta Drazen Petrovic.
Demuestra así Herreros en el final de su carrera haber sido el mejor alero de la historia del baloncesto español, al menos un escalón, posiblemente dos, por encima de aquel carismático Epi.
Fue un momento mágico que tardaré en olvidar. Salvando las distancias, me recordó a la final de la Champions que enfrentó en Barcelona al Bayern y al Manchester United: despropósito y genialidad a partes iguales.
Un saludo!
Es cierto que la incompetencia del TAU en los últimos segundos adquirió niveles difícilmente igualables. Qué demonios, era necesaria para darnos un momento irrepetible.
Esto es bastante descriptivo de lo sucedido:
http://www.flickr.com/photos/41833376@N00/21707296/