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Van a disculparme que un pocosexual como yo insista tanto sobre el tema, pero las polémicas circulares alrededor de la obviedad acaban cansando. La pescadilla que se muerde el pene.
En la legítima discrepancia contra la legalización del matrimonio homosexual y la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, ¿Aquilino Polaino es la causa o es el efecto? ¿Alguien pretende convencernos seriamente de que la opinión que los sectores conservadores y ligados al catolicismo tienen sobre este tipo de cuestiones se deriva del dictamen de este o aquel psicólogo?
Es muy común entre los conservadores —no confundir con los auténticos liberales— tomar el nombre de la ciencia en vano, reparar en la existencia de la ciencia sólo cuando el resultado de tomarla en consideración conviene a unos intereses que no parten de la misma. Resultó tristemente cómico escuchar a César Vidal en televisión reclamando que, como no científicos, todos incluido él debemos automatizar nuestro respeto a las opiniones de Aquilino Polaino. Un respeto que, para César Vidal, Charles Darwin difícilmente merece.
Sí, parece ser que los conservadores no perdonan a la ciencia que vaya ganando por goleada a la religión :-)
Sin ir más lejos, en Libertad Digital no dejan de cuestionar periódicamente el calentamiento global del planeta.
En fin, ellos tendrán sus motivos.
Un saludo!
Polaino es, en mi opinión, un ejemplo de libro de alguien que permite que su lado ideológico prevalezca sobre el científico. De partida establece sus conclusiones sobre, en este caso, la homosexualidad, para después tratar de demostrarlo.
En todo caso, sus ideas están claramente trasnochadas, y tanto la OMS como la APA (Asociación Psiquiátrica Americana, el referente para la inmensa mayoría de los psiquiatras y psicólogos clínicos) hace décadas que excluyeron la homosexualidad de sus manuales de enfermedades.