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Desde que comenzaron a entregarse los Brit Awards en 1977, la ceremonia anual ha terminado siendo muy popular por el mal comportamiento de los músicos invitados, los premiados y los no premiados. He aquí un resumen de los momentos más memorables.
1989
La por entonces popular Samantha Fox —
modelo de la página tres, en graciosa definición del autor del
artículo en el que éste está basado— y Mike Fleetwood pasaron a la historia por convertir la ceremonia del año 1989 en una memorable confusión. Equivocaron en intercambiaron en múltiples ocasiones el orden de las actuaciones según su guión: Samantha llegó a presentar a Boy George como The Four Tops. La organización puso también su grano de arena: Un mensaje pregrabado por Michael Jackson nunca fue difundido, a pesar de que la ceremonia terminó varios minutos antes de lo previsto.
El ministro Kenneth Baker fue abucheado por la audiencia delante de las cámaras. Fairground Attraction fueron los grandes vencedores al llevarse los premios al mejor álbum y al mejor sencillo, Perfect.
1992La favorita del autor y por desgracia hasta donde conoce no disponible como vídeo digital en parte alguna. The KLF, inspiradores de estilos hoy masivos como el Trance o el Chill-Out, y precursores en la asociación de la cultura Copyleft con la creación musical utilizando samplers, interpretaron una versión virada hacia el Heavy Metal de su hit dance 3 a.m. Eternal junto con la banda punk Extreme Noise Terror. Tan estridente debió ser la actuación que se dice que el director de orquesta Georg Solti dejó el escenario corriendo.
Durante la actuación, Bill Drummond sacó una ametralladora y disparó con ella munición de fogueo contra el público. Finalizada la actuación, el presentador Scott Piering declamó «Señoras y señores, The KLF acaban de dejar el negocio de la música». Por supuesto, ganaron el título a la mejor banda, si bien no salieron a recogerlo, haciéndolo en su lugar el motorista de una empresa de mensajería.
Tres meses después, en efecto, la banda se separó, no sin antes ejecutar la quema ritual de un millón de libras esterlinas, en billetes cabe esperar que sin marcar.
Actualización: Al fin,
el video.
1996Posiblemente la más recordada. Durante la interpretación de Michael Jackson de su tema Earth Song, Jarvis Cocker, intérprete de Pulp —ya desde la distancia, una de las bandas pop más encantadoras de la pasada década— invadió el escenario y comenzó a bailar junto al grupo de niños que acompañaba a Jackson. Cocker fue detenido por la policía y poco después liberado sin cargos.
Noel Gallagher recibió un premio del aún vivo intérprete de INXS Michael Hutchence. Durante el agradecimiento escupió «los han-sido no deberían entregar premios a los van-a-ser».
Prince ganó por séptima vez el título de mejor artista internacional.
1998El guitarrista de Chumbawamba, Danbert Nobacon —seudónimo de Nigel Hunter— derramó un cubo de agua con hielo sobre el entoces Primer Ministro suplente, John Prescott. Minutos después, durante su actuación, la banda cambió sobre la marcha la letra de su éxito Tubthumping para intentar engatusar a Prescott. Su compañía, EMI Europa, no tardó en intentar disculparles ante los medios, si bien poco después la banda anarquista siguió en su línea:
«Si John Prescott tiene los cojones de presentarse en eventos como Brit Awards en un vano intento de hacer aparecer a los laboristas como algo molón y de moda, se merece todo lo que le tiremos encima.»
Mick Fleetwood reapareció después de la nefasta sesión de 1989 para recoger un premio a toda su banda, Fleetwood Mac.
The Verve —inolvidables— acumularon tres premios.
2000El DJ Brandon Block apareció en el escenario sin invitación para recoger un premio que no le correspondía. Sus amigos le habían emborrachado y, una vez pedo, le convencieron de que el premio se lo estaban dando a él. Ronnie Wood, quien estaba entregando el premio junto a Thora Birch —menuda pareja— intentó desalojarle del escenario, y Block le derramó encima la bebida que llevaba en ese momento —incomprensiblemente aún no bebida—.
Robbie Williams ya era por entonces el solista más importante del imperio, y acaparó cinco títulos.
Actualización: Un comentario de
ciercita añade a lo ya contado lo sucedido en la pasada edición de los Brit Awards. La cadena de televisión organizadora recibió durante la sesión casi trescientas llamadas de espectadores protestando por las bromas del presentador,
Russell Brand.
«Creo que sería un gran avance para la humanidad que los soldados americanos y los británicos se dijeran los unos a los otros dónde están.» —citando un incidente de fuego cruzado—.
«El botiquín de Robbie Williams» —señalando hacia una enorme cerradura—
«¿De verdad que si alguien te diera un sobre con el sello personal de la Reina, no mirarías dentro?»
Ha sido necesario disculparle: Se entiende que bromas así son aceptables en el contexto de una ceremonia de este tipo, e incluso que «la audiencia siempre espera cierta cantidad de controversia». En particular, «las referencias a la cultura popular hechas por el presentador fueron lo suficientemente oscuras como para estar más allá de la comprensión de los niños» y «los comentarios contenían referencias anatómicas, no exactamente sexuales» —memorable—.
lmh
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