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La Iglesia Católica de Melbourne ha sido la primera en adoptar la recomendación desde el Vaticano de poner a prueba las tendencias sexuales de sus aspirantes a sacerdote. Bajo dichas recomendaciones, a cualquier sacerdote en potencia que «parezca ser gay» debe impedírsele el acceso.
El responsable del comité vaticano que ha hecho estas recomendaciones ha dejado claro que los gays no son bienvenidos ni siquiera al celibato, dado que la homosexualidad es una «forma de desviación». El portavoz de la Archidiócesis de Melbourne, James O'Farell, ha confirmado recientemente su apoyo a las recomendaciones, sin hacer más comentarios. La portavoz del Victorian Gay and Lesbian Rights Lobby, Haley Conway, ha afirmado en cambio que la Iglesia está enviando a la sociedad un mensaje «peligroso y ofensivo» sobre la sexualidad.
«Parecen estar yendo hacia atrás en muchos aspectos realmente desafortunados. Quienes son homosexuales y católicos ya tenían en realidad un conflicto suficiente.»
«Si lo que pretenden es impedir la pedofilia y los abusos a menores, me temo que han elegido el camino equivocado.»
Para el padre Bob Maguire, la iniciativa es «una bofetada en la cara del sentido de la justicia que una sociedad secular debe tener».
«No se trata de qué sexo te atrae. Se trata de cómo gestionas esa atracción.»
La Iglesia Católica en realidad hace siglos que salió del armario.
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Visto en Herald Sun vía Pharyngula.
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