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Recibir a un fundamentalista cristiano justo con el tipo de preguntas que van a hacer que se ponga en evidencia él solito. A Larry King nunca le echaremos de menos lo suficiente, sobre todo porque televisión a estas alturas no se hace en el país de uno.
Es absurdo intentar un debate racional con quien basa sus argumentos en las fantasías de un libro de ficción como la Biblia. Los avances no sociales no se logran convenciendo a los crédulos, sino a pesar de ellos.