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Sam Harris sobre Anders Behring Breivik, el terrorismo cristiano y la islamofobia

Publicado por Ismael

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Sam Harris

En determinados momentos, comportamientos humanos extremadamente malvados hacen difícil, incluso inútil, hacer distinciones éticas. Sin embargo, soy incapaz de sentir que detonar una enorme bomba en el centro de una ciudad pacífica con la intención de matar decenas de inocentes sea la menor de las transgresiones cometidas por Anders Behring Breivik la pasada semana. Me temo que hace falta incluso más maldad y menos humanidad pretender que esa atrocidad sea una simple distracción para poder cometer casi cien asesinatos individuales en la diminuta isla de Utoya unas horas después.

Justo cuando uno piensa que la mente humana no puede ser más depravada, se entera de detalles como los que cuenta The New York Times:

“Después de matar a varias personas en una parte de la isla, se dirigió a la otra vestido de policía y convenció a los jóvenes situados allí de que pretendía salvarles. Una vez reunidos, comenzó a disparar de nuevo.”

Otros hechos perturbadores se irán conociendo en las próximas semanas. Algunos podrían resultar vagamente exculpadores. ¿Es Breivik un enfermo mental? Desde luego, dado su comportamiento, es difícil imaginar una definición de “salud mental” que pueda serle aplicada.

Se nos ha informado de que Breivik es un fundamentalista cristiano. Habiendo leído parte de su manifiesto de 1500 páginas, debo decir que tengo dudas. Ese no es el comportamiento de un cristiano especialmente comprometido.

“No voy a fingir ser una persona muy religiosa, eso sería mentira. Siempre he sido pragmático y me ha influido mi entorno secular. Pero en el pasado solía pensar en la religión como salvaguarda de los débiles. ¿Para qué sirve pensar en un poder superior si tienes confianza en ti mismo? Patético.”

“Puede que sea cierto en muchos casos. La religión es una salvaguarda para los débiles y muchos la abrazan por motivos egoístas, como fuente de la que obtener fortaleza mental. Para alimentar un estado emocional débil durante, por ejemplo, enfermedad, pobreza, muerte. Como no soy un hipócrita, diré claramente que también es para lo que me sirve a mí. Todavía no he necesitado pedirle fuerza a Dios, pero estoy seguro de que le rezaré mientras cruzo la ciudad armado, con cientos de sistemas de seguridad persiguiéndome con la intención de detenerme y matarme. Sé que hay más de un 80% de probabilidades de que muera durante la operación, dado que no tengo la intención de rendirme hasta que haya completado mis tres objetivos primarios y la misión final. Cuando empiece, hay un 70% de posibilidades de que complete el primer objetivo, un 40% de que complete el segundo, un 20% de que complete el tercero y probablemente menos de un 5% de que complete el último. Así que es probable que en algún momento le pida a Dios fuerzas durante la operación, como creo que cualquiera en mi lugar haría. Si rezar me facilita un impulso mental adicional, lo más práctico será hacerlo. Y si realmente Dios existe, me permitirá entrar en su paraíso, como hizo en el pasado con otros mártires.”

Dado que sólo he leído parte del documento, no puedo decir si aparecen motivos religiosos más profundos en otra parte. No obstante, la parte relatada parece minar cualquier idea de que Breivik es un fundamentalista cristiano en el sentido habitual. Lo que no puede dudarse, desde luego, es que la meta explícita de Breivik ha sido castigar a los socialistas europeos por su timidez frente al Islam.

He escrito en multitud de ocasiones sobre la amenaza que supone el Islam hacia nuestras sociedades abiertas, pero me alegra poder decir que Breivik nunca ha oído hablar de mí. En cambio, sí ha digerido las opiniones de muchos escritores que comparten mis ideas, como Theodore Dalrymple, Robert D. Kaplan, Lee Harris, Ibn Warraq, Bernard Lewis, Andrew Bostom, Robert Spencer, Walid Shoebat, Daniel Pipes, Bat Ye’or, Mark Steyn, Samuel Huntington y otros. Incluso cita a mi amiga y colega Ayaan Hirsi Ali con especial insistencia, citando repetidamente a un bloguero que opina que ella merece el Premio Nobel de la Paz. Con un amigo como Breivik, desde luego, ya no hacen falta enemigos.

Uno sólo puede esperar que el horror y el rechazo provocado por el comportamiento de Breivik atempere el entusiasmo europeo por la extrema derecha y el nacionalismo racista. Pero uno se teme que empiece a moverse otro péndulo. Vamos a empezar a escuchar una charla diluida sobre los peligros de la islamofobia y sobre la necesidad de tratar el terrorismo en términos puramente genéricos. La emergencia de un terrorismo cristiano en Europa no hace nada para disminuir ni simplificar el problema con el Islam. Su represión de las mujeres, su hostilidad hacia la libertad de opinión, y su uso frecuente y sin trabas de las amenazas y la violencia. El Islam sigue siendo la religión más retrógrada y enfermiza del mundo. Y la ironía tras el caso Breivik es que ha conseguido que hoy sea aún más difícil hablar sobre ello.

Visto en el blog de Sam Harris.

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1 comentarios:

  1. Anónimo dijo...

    Tambien los que organizaron las cruzadas, los que lucharon por dios y por españa en el bando nacional, los que masacraron indigenas en africa y america y los que asesinaron impunemente a los que no veian sus creencias de la forma que ellos dictaban (epoca de la inquisicion) lo hicieron en nombre de la religion catolica.

    ¿De verdad es esa religion es la de la paz y el amor?

    ¡¡¡Venga, ya!!!


    Solo espero que ese tipo pague por todos los que ha asesinado y por todas las familias que ha destrozado.