La media hostia

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Mi amigo Mauricio Rodríguez me escribe escalofriado por la aparición de este anuncio en el blog.

—Sí, Mauricio utiliza Facebook en francés, yo es que tengo amigos así de cool.—

Es un reproche habitual hacia los editores de sitios racionalistas o escépticos. ¿Cómo osamos permitir la aparición de anuncios de este tipo? La respuesta rápida es esta: Google funciona así. Te reconozco que me molesta bastante menos este anuncio que cuando aparecen enlaces a catecismos o a «medallitas de San Antonio. AdSense teóricamente presenta en tu sitio anuncios relacionados con las palabras que utilizas en tus artículos. En realidad la idea es algo más amplia de miras, y es presentar anuncios relacionados con la búsqueda en Google que ha llevado a tu página. Y desde luego, si Google trae aquí a gente que busca «catolicismo» igual no está haciendo nada malo. Qué bonito sería desconvertir a alguien que llegó buscando otra cosa.

El problema es que somos precisamente ese tipo de editores casi los únicos que reciben reproches así. De editar un sitio dedicado a los magníficos vinos de Ribera del Duero, me irritaría de forma similar ver incluidos en mi sitio anuncios de vinos de Rioja o Somontano. Tampoco podría hacer nada, pero seguro que no recibiría reproche alguno.

La única solución sería bien exigir a Google que no acepte anunciantes de productos fraudulentos, bien implorarle que los agrupe en una única categoría que nos permita su exclusión de un plumazo. Pero como sabemos todos, Google no escucha. Bastante tenemos con agradecerles que nos permita en su sitio buscar lo que nosotros queremos y que no nos devuelva nada más entrar la búsqueda que a ellos les parezca.

Los sitios críticos con la religión ocupamos para Google el escalón inmediatamente inferior al porno, algo que cualquiera que haya iniciado alguna vez un trabajo SEO con un sitio de este sitio sabe perfectamente.

Con suerte algún día existirá un servicio de afiliación distinto a AdSense que presente anuncios relacionados con la página en la red social que te ha llevado al sitio y no simplemente con la búsqueda en Google. Mientras tanto esto es lo que hay.

Mi escéptico de cabecera Mauricio José Schwarz ya dejó el tema convenientemente explicado en esta magnífica entrada. Me encantó leerle un punto de vista tan equilibrado y acertado, porque sé perfectamente que no siempre pensó así.