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Tras la primera elección del hijo de puta del año, Nacho de la Fuente puso a este blog como ejemplo de empobrecimiento del discurso en Internet. Inicialmente reconozco que no me di por aludido, principalmente porque lo que más parecía molestarle a Nacho es la facilidad para el anonimato que Internet permite a quienes sólo la utilizan para utilizar el insulto como argumento. Mi identidad siempre ha sido pública y nunca ha estado oculta tras seudónimo alguno. Sin embargo la crítica me hizo pensar y terminé reconociéndola como inteligente. Y es que, si vas a abandonarte a los titulares fáciles y en cierta forma sensacionalistas, más te vale tener con ellos cierto compromiso, al menos intelectual o incluso sentimental, porque los demás van a presumir que ese compromiso existe. Es por es por lo que en las nuevas menciones al hijo de puta del mes, éste es elegido por mí, apoyándome en los votos pero ya no abandonándome a lo que una simple cuenta de los mismos decide.
El pasado viernes perdí el control del blog. Un ataque phising conseguió obtener mi contraseña en Google. Por suerte me di cuenta a tiempo y sólo dispusieron de ella durante tres minutos. Ningun otro de mis servicios en Google resultó comprometido, pero sí dio tiempo a retirarme los privilegios de administración de La media hostia. He aquí que tras una búsqueda en Google descubrí que el propio Nacho había sufrido el mismo problema días antes. Tras ponerme en contacto con él, además de animarme, me faciltó información muy útil para localizar al hacker responsable del incidente, y sólo tres días después he conseguido recuperar el control completo del blog.
Así que ya tengo dos cosas que agradecerle a Nacho. El agradecimiento en Internet adquiere formas inesperadas, y espero acabar encontrando alguna a la altura de lo que ya le debo. De momento sólo puedo darle gracias de palabra. Da gusto encontrar gente que va más allá de resultar afable en las redes sociales y ejercen de verdad de apoyo cuando éste es necesario.
En el interim, España se proclamó campeona del mundo de fútbol, así que reconozco no haberlo pasado tampoco demasiado mal.
Sigue a Nacho en Twitter.
Gracias por citarme y me alegro mucho de que mis capotes te hayan servido para salvar tu blog. Lo merecemos.