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Carole JahmeDe un macho anónimo:
Querida Carole, me atraen las mujeres con el pelo rubio. Esto parece ocurrir con muchos hombres. ¿Hay una explicación biológica o reproductiva?
Carole responde:
Diez años después de publicar El Origen de las Especies en 1859, Darwin comenzó a investigar la selección sexual del pelo rubio en las mujeres preparando su libro El Origen del Hombre y la Selección en Relación al Sexo, que se publicaría en 1871. Desafortunadamente no obtuvo los suficientes datos para apoyar la teoría de que existe una selección sexual hacia el pelo rubio y tuvo que dejar de lado el tema.
Hoy en día son muchas las teorías sobre la evolución del pelo rubio y las ciencias genéticas sólo han alimentado el debate. La investigación de la variación en la coloración del pelo humano muestra que las mutaciones en los genes implicados en la síntesis de pigmentos de melanina son las principales responsables. Los individuos con más bajos niveles de un pigmento de melanina llamado Eumelanina probablemente tendrán el pelo rubio.
No existe un gen único para los ojos azules y el pelo rubio, pero son adaptaciones que suelen presentarse juntas debido a que los genes implicados están localizados muy cerca y en el mismo cromosoma.
Existe la teoría de que el pelo rubio y los ojos azules en los caucasianos son adaptaciones recientes que datan de hace aproximadamente 11.000 años. Los genes habrían evolucionado entre las tribus del norte de Europa durante el final de la pasada glaciación. Aunque tanto la selección natural como la sexual han jugado un papel en la evolución de los rubios de ojos azules, la selección sexual ha sido probablemente la fuerza primaria.
En lo que respecta a la selección natural, la despigmentación de los rubios permite una mayor penetración en la piel de los rayos ultravioleta B, necesarios para sintetizar la previtamina D3. En el norte de Europa son menos las horas de luz en comparación con África, así que la teoría dice que las tribus que emigraron hacia Europa sufrieron mutaciones que resultaron en la despigmentación del pelo y de la piel.
La selección sexual ciertamente habría sido una gran fuerza directora tras la evolución de los Europeos del norte. Las mujeres del paleolítico tardío en el sur de Europa y en África se bastarían para alimentarse a ellas y a sus hijos, necesitando a los hombres simplemente para complementar su dieta con algo de carne. En el norte de Europa, en cambio, donde el hielo cubre gran parte del terreno, la dependencia de la carne era mayor. De ahí las hordas de hombres en busca de bisontes o mamuts prehistóricos. Viajes en busca de caza peligrosos y que causaban gran número de bajas.
Se sugiere que como resultado la rivalidad sexual era enorme entre las mujeres dado que su número excedía con mucho al de hombres. En un momento dado muchas más mujeres fértiles que hombres estaban sin pareja, así que esas mujeres tenían que competir, por un hombre, y también por un buen filete. La teoría dice que dado que tenían tanto donde elegir, los hombres del paleolítico elegían las rubias, quienes destacaban a la vista sobre sus rivales.
Además, mucho antes de existir el agua oxigenada, el pelo rubio parecía representar una señal fiable de juventud y de salud reproductiva. Tras la menopausia, las mujeres raramente conservan la salud capilar de la juventud, eventualmente por supuesto convirtiéndose en respetables abuelas.
Es interesante que en ciertas tribus aborígenes el pelo rubio haya evolucionado en las mujeres independientemente de la herencia nórdica. Ocurre en entornos donde aquellos citados rayos ultravioleta no escasean, lo que sugiere que la selección sexual juega un papel mucho mayor que la selección natural. Pero en algunas partes del mundo, como en África central, las mutaciones que ocasionan el albinismo, u otras despigmentaciones significativas en un niño, provocan el miedo y la superstición, en ocasiones llevando al infanticidio. Mutaciones en la coloración sólo proliferan en poblaciones donde éstas se ven como deseables y sexualmente atractivas.
Muchas más mujeres que hombres nacen rubios, y la conservación de ese pelo rubio en la edad adulta es un indicador para la selección sexual de salud en las hembras. Las rubias caucásicas suelen tener niveles más altos de estrógenos que las pelirrojas, y exhiben también otros rasgos infantiles seleccionados sexualmente, lo que indica niveles menores de testosterona que las hacen deseables a los machos. Por ejemplo rasgos faciales finos, nariz pequeña, barbilla afilada, hombros estrechos, piel suave, escaso vello corporal, y un comportamiento infantil más juguetón y energético.
Otro posible motivo por el que los caballeros europeos prefieren las rubias es garantizar la paternidad. Los genes para los ojos azules y el pelo rubio son recesivos, lo que quiere decir que ambos parientes deben poseerlos para que se expresen en su descendencia. Se propone pues que muchos hombres de ojos azules prefieren como compañeras a mujeres de ojos azules para tener certidumbres sobre su paternidad. Un hombre de ojos azules con una mujer de ojos marrones no puede estar tan seguro de que un hijo de ojos marrones sea suyo y de que merezca la pena arriesgar por él y por su madre la vida a cambio de un par de rodajas de mamut después de días recorriendo millas a través de la tundra helada.
Esto explicaría la existencia de hombres rubios. El pelo rubio en los machos no está relacionado con los niveles de estrógenos tal y como sucede con las hembras, ni es un rasgo indicativo de salud reproductiva como en éstas. Además, las mujeres no eligen sexualmente por la apariencia física tanto como lo hacen los hombres. Para que una mujer elija a un macho rubio, más le vale poner unas rodajas de mamut encima de la mesa, porque tener el pelo rubio no la va a excitar lo suficiente.
Así que las rubias no parecen haber perdido popularidad al menos desde el final de la última glaciación. La investigación sugiere que aparecen más rubias como páginas centrales del Playboy que en las revistas para mujeres, y que en uno y otro tipo de revistas el porcentaje de rubias excede al que se encuentra en la población normal.
Esto sugiere que las presiones evolutivas que dieron lugar a los estándares de la belleza femenina occidental en la era del paleolítico tardío siguen siendo las mismas hoy en día, y eso podría explicar por qué te gustan las rubias.
Visto en The Guardian.
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