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Frank Schaeffer
La presidencia de Obama supone muy buenas noticias para casi todos. Pero malas noticias para esos extraños compañeros de cama que son la Derecha Religiosa y los llamados Nuevos Ateos.
En esas guerras culturales del todo o nada, y en particular en la que libran los que se llaman a sí mismos Nuevos Ateos y la religión la presidencia de Obama supone un matiz novedoso. La habilidad de Obama para creer en Dios, y aún así cuestionarse, va a rescatar a la religión en América y al Cristianismo en particular de sus extremos.
No debe entenderse la victoria electoral del presidente Obama como otra cosa que no sólo un cambio político monumental sino también como una revolución espiritual.
Descargo: Crecí entre misioneros americanos, Francis y Edith Schaeffer, quienes llegaron a liderar la subcultura evangélica americana. Cuando cumplí los veinte era su colaborador. Los Schaeffer tuvieron mucho que ver con la formación de la Derecha Religiosa en América. ¡Perdón! A mediados de los ochenta escapé de la mentalidad literal de la religión de mi tribu y me afilié a la Iglesia Ortodoxa Griega. He sido también uno de los apoyos vocales más prolíficos del presidente electo Obama, juzgando la cantidad de material que he escrito.
La industria pro y anti Dios está revuelta. Lo sé. He trabajado alrededor de ella durante años. Pero hay un nuevo sheriff en la partida, y es muy inteligente. El presidente electo Obama es un reconocido fan del teólogo Reinhold Niebuhr, y ha hablado muy seriamente sobre su fe y sobre la relación entre Iglesia y estado, y no es sólo un Cristiano nominal por motivos políticos, sino alguien que realmente reza, cree y vive su fe.
A los Nuevos Ateos que piensan que con la sonora derrota de la Derecha Religiosa vamos a entrar en una era secular, cabe sugerirles que se lo piensen dos veces. Obama va a bloquear ese camino. Lo hará por el mismo motivo por el que pronto va a hacer parecer las fantasías paranoides de la Derecha Religiosa vergonzosamente ridículas. Por eso el presidente electo Obama es el más raro de entre los raros; un pensativo, compasivo y razonable hombre de estado que también es un pensativo, compasivo y razonable creyente religioso.
En los últimos años ha surgido un gran debate en forma de libros publicados muy exitosos que están a favor o en contra de la religión. Todos ellos son literalistas que hablan de forma fundamentalista. En el rincón de la religión encontramos A Purpose Driven Life y la serie Left Behind, divulgando un renacido mensaje evangélico consistente en que Dios lo soluciona todo. Por otra parte los libros igualmente evangélicos de los Nuevos Ateos, incluyendo The End of Faith de Sam Harris, Breaking the Spell de Daniel Dennett, The God Delusion de Richard Dawkins o God Is Not Great de Christopher Hitchens.
Los libros de los Nuevos Ateos le han dado el contexto a la película de Bill Maher Religulous, el instrumento más romo imaginable. El documental de Maher amplía lo que Harris comienza en su libro The End of Faith. Harris comienza el libro con la escena de un joven terrorista islámico en Jerusalén sonriendo mientras se suicida haciendo estallar un autobús repleto de inocentes. En Religulous, Maher incluye más imágenes de violencia inspirada por la religión mira-lo-tarumbas-que-vuelve-Dios-a-todos. El mensaje de Harris y Maher es claro; el mundo sería un lugar mejor sin religión.
El mensaje en la obra de Maher y la de los Nuevos Ateos es también otro; todo el mundo debe pensar de forma libre de alegorías. Olvídese la idea de que alguien pueda mantener dos ideas contradictorias al mismo tiempo, dígase que ninguna de las historias de la Biblia ocurrieron como están escritas, pero son ciertas en formas más sutiles que los hechos históricos, o que no somos más que chimpancés venidos a más, pero conectados a una realidad más profunda cuando decimos «Dios es mi pastor» y realmente esperamos que lo sea.
Los Nuevos Ateos no parecen aceptar las alegorías de una forma distinta a como lo hacen los fundamentalistas de la Derecha Religiosa, dejando a un lado la imaginación literaria. Y tanto la Derecha Religiosa como los Nuevos Ateos parecen también olvidar a religiosos tan serios como Confucio o los poetas Sufi, o desde Reinhold Niebhur a uno de sus mayores fans, el presidente electo Obama.
El mundo de Maher no contiene ningún pastor Dietrick Bonhoffer, martirizado por intentar asesinar a Hitler, y quien definió los términos intelectuales y éticos para la resistencia a las tiranías estatales basadas en la ética cristiana. O el intelectual de letras convertido del ateísmo a la Iglesia Católica Romana, Malcolm Muggeridge. O la conciencia en los rezos escritos por el «ateo» W.E.B. Du Bois para sus estudiantes, la flagrante demostración de que la fe no se abandona tan fácilmente.
El presidente electo Obama ha hablado de la necesidad de mezclar la ética religiosa con los condicionantes filosóficos del trabajo para el estado, cuando por ejemplo dice que los Demócratas se han equivocado no entendiendo que el problema del aborto es, primero y principalmente, un asunto moral.
El 28 de junio de 2006 el Senador Obama habló en la Conferencia de la Llamada a la Renovación, patrocinada por Sojouners, y dijo:
«Desde hace algún tiempo se ha hablado entre expertos que la división política en este país ha caído de forma aguda en parámetros religiosos. Los líderes conservadores se han dedicado satisfechos a explotar este hecho. Los Demócratas, en su mayor parte, han mordido el cebo. Lo peor es que hay algunos liberales que rechazan la religión en el debate público como inherentemente irracional o intolerante, insistiendo en una caricatura de los religiosos americanos que los dibuja como fanáticos, pensando en que la propia palabra Cristiano describe a los oponentes políticos de uno, y no a gente de fe».
«Creo que es la hora de unirse a un debate serio sobre cómo reconciliar la fe con nuestra democracia moderna y pluralista».
«Y si vamos ha hacerlo primero tenemos que entender que América es un pueblo religioso. Y que esta tendencia religiosa no es el resultado del marketing habilidoso de predicadores con talento. Hablo con experiencia en este asunto».
«Necesitas en primer lugar venir a la iglesia precisamente porque eres de este mundo, y no estás apartado de él. Necesitas abrazar a Dios precisamente porque tienes pecados que limpiar. Porque eres humano y necesitas un aliado en este difícil viaje».
«Por este nuevo entendimiento fui capaz de acudir un día a la Trinity United Church of Christ en la calle 95, al sur de Chicago, y afirmar mi fe cristiana. Fue una decisión y no una epifanía. Ni caí en las redes de la Iglesia. Tenía preguntas que no iban a desaparecer mágicamente. Mi genuflexión ante aquella cruz en el lado sur, me hizo sentir que el espíritu de Dios me invadía. Me presté a su voluntad, y me dediqué a mí mismo a descubrir su verdad».
«Es un camino que ha sido compartido por millones de americanos, evangelistas, católicos y protestantes, judíos y musulmanes, algunos desde que nacieron, otros en ciertos momentos de sus vidas. No es algo que aparten del resto de sus creencias y valores. De hecho es algo que les aporta creencias y valores».
La Derecha Religiosa ha asumido los puntos de vista tradicionales del Partido Republicano en asuntos como política exterior, economía, preparación militar, y el habitual laissez faire sobre los asuntos mundiales que William F. Buckley y Barry Goldwater habrían reconocido gustosos. Todo esto ha sido sustituido por la «ética religiosa» de a quien es posible imaginar como una señora de Dios vieja, estricta, fea, estúpida y condenadamente de derechas. Un deshecho humorístico que ha cambiado la imagen de los republicanos por la de un partido anti-todo. Al mismo tiempo ha llevado a que todos los religiosos aparezcan como culpables por asociación. Éste es el contexto en el que los evangélicos Nuevos Ateos han emergido.
Cierto. Mucha gente religiosa es idiota y, peor, intolerante. Pero no justifica la espiral anti-religiosa de Maher y los Nuevos Ateos, ni la del ala derecha política con la que combaten.
El presidente electo Obama trae otra perspectiva a la fe, una que cursa así:
¿Cómo se definen las culturas a sí mismas si no es a través de sus rituales? En los grandes momentos de la vida; nacimientos, matrimonios, enfermedades, muerte, en inimitables palabras de los Cazafantasmas, «¿a quién vas a llamar?» Como ha dicho el presidente electo Obama, y me permito parafrasearle: Despójese a la raza humana del lenguaje espiritual y ¿qué vamos a contarnos los unos a los otros sobre la esperanza?
Tal y como apunta el presidente electo Obama, un mundo en el que todo es matemática y nada es poesía no es adecuado para que lo habite el hombre. Donde todo es plano y romo, y despojado de misterio y significado, ¿quién va a molestarse en hacer ciencia? ¿Para qué molestarse, si lo que hacemos sólo sirve para perpetuar a nuestros genes para una ronda más de propagación sin sentido?
¿Tiene esta fe siempre sentido? No. Porque nuestra perspectiva es interior, como si fuésemos pintura contemplando el cuadro del que formamos parte. Estamos en el mismo barco, y somos parte del mismo lienzo.
Admítase que compartimos el problema que fue tan bien reflejado por Darwin en sus diarios; «¿Puede confiarse en la mente del hombre, la que, tal y como creo, ha surgido de la mente más simple que posee el animal más modesto, para trazar tan grandes conclusiones?»
Tal y como reconoce nuestro nuevo presidente, la propia conciencia y la moralidad ya forman una contradicción tan mútuamente exlusiva y tan terrible que aceptar un par de contradicciones más no debe suponer un problema. Y el presidente electo Obama tiene un espíritu lo suficientemente generoso y un intelecto tan poderoso como para hacer con su vida espiritual lo que la Derecha Religiosa y los Nuevos Ateos no han hecho. Entender que no debe avergonzarse quien abraza la paradoja.
El Presidente Obama va a hacer que la fe razonada vuelva a estar de moda. Ya era hora.
Visto en The Huffington Post vía RichardDawkins.net.
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Bonito artículo, pero discrepo en dos puntos fundamentales. En el hipotético caso que Obama intente implantar la "fe razonada", automáticamente se llegará a la conclusión lógica: la inexistencia de Dios. Este camino es contradictorio y las gestiones en ese sentido jamás podrán dar resultado, y menos el esperado.
El otro desacuerdo es la calificación de "nuevos ateos". Ahí no creo que haya problema puesto que yo no me doy por aludido. Soy un viejo ateo. Saludos.
El concepto de fe es tan subjetivo. El relativismo hecho práctica.
No me parece inadecuado el concepto de "nuevos ateos" siempre y cuando lo despojes del innecesario marketing. Los nuevos ateos somos humanistas. Los nuevos ateos no somos nihilistas. No es pues necesario que nos recuerden a Stalin o a Pol Pot. Simplemente no nos daremos por aludidos.
Yo añado más. Cuando alguien nos recuerde a Stalin o Pol Pot, nosotros podríamos recordarles a Pinochet o Franco (que murieron bendecidos por toda la curia eclesiástica), con un razonamiento lógico para no querer sentarnos otros 2.000 años a la derecha de nadie, y menos si estamos en el mismo banco que esa jarcia de degenerados.
No obstante, la mayoría de veces me aplico el dicho de la Ley de Murphy... "jamás discutas con un tonto porque puede que la gente no aprecie la diferencia".
Saludos.