La media hostia

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Con la retirada de Bill Gates a dos años vista —el chiste no es mío— Microsoft Watch lista los en su opinión diez mayores fracasos de la compañía durante su gestión. Como suele ser de esperar, algunos resultan discutibles —Windows ME era en mi opinión y después de unos cuantos años de utilizarlo todo lo bueno que podía ser esa idea de Windows, a saber, cualquier cosa menos un sistema operativo de 32 bits— y otros dan en el clavo.

Me centro en el último: «Microsoft hubiera podido y debido crear su propia versión de Linux». Mi idea suele ser más matizada: Microsoft debería haber hecho con Linux lo que Apple ha hecho con Darwin, es decir, dejar que la comunidad cree el núcleo de sistema operativo sobre el que quien lo necesite pueda crear, compilar o ejecutar aplicaciones libres, y quien lo desee idear y utilizar tecnologías propietarias. Si Linux fuese el núcleo de Windows, posiblemente algunos aún así no utilizaríamos Windows, pero en cualquier caso la dialéctica sobre la cuestión sería distinta, mucho menos molesta.

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