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Curiosamente, o no, el adalid más significativo del Creacionismo actual es musulmán.
Se trata del millonario turco Adnan Oktar, quien suele escribir sobre la cuestión bajo el seudónimo de Harun Yahya. Recientemente ha ofrecido un premio de diez billones de liras turcas, nada menos que 6.200 millones de euros, a aquel científico que le presente un fósil determinante de alguna de las etapas intermedias del proceso evolucionario. Hace tres años, Oktar hubo publicado un libro gratuito llamado Atlas de la Creación, de más de 800 páginas, en el que registraba formas de vida que para él no hubieron evolucionado durante millones de años, refutando así pretendidamente las teorías de Charles Darwin.
Para Richard Dawkins el libro en cuestión es «ridículo e inane». Oktar no duda en afirmar sin embargo que Dawkins nunca le ha presentado ningún fósil en apoyo de la teoría darwinista. Tanto Oktar como Dawkins resultan ser millonarios, si bien el bueno de Richard pertenece a esa rara especie de millonarios con mejores cosas que hacer.
Para Oktar, el seguimiento científico que se le lleva siglo y medio dando a la teoría de la evolución constituye una «dictadura darwinista». Resulta cómico muchas veces registrar de quién y desde dónde se nos habla de dictaduras. Pero esa no es la cuestión ahora.
Resulta haber sutiles diferencias en la forma en la que musulmanes y cristianos se aproximarían al tema de la evolución. La edad del planeta, por ejemplo, resulta no ser una cuestión bloqueante para los musulmanes. Tanto en el Corán como en la Biblia se habla de la creación del mundo en seis etapas. Sólo que donde en la Biblia se habla de días, la longitud de esas etapas no está determinada en el Corán. El periodo queda definido en 32:5 como «un día en una medida que para ti serían miles de años» y en 70:4 como «un día medido como cincuenta mil años». Tal ambigüedad deja abierta la posibilidad de que La Tierra tenga la edad que los científicos la suponen y que eso sea compatible con la fe musulmana. Donde el Creacionismo cristiano habla de un planeta de sólo 6.000 años de antigüedad, aún un Creacionista musulmán no tiene problemas en aceptar un universo surgido hace miles de millones de años.
Y sin embargo, en el mundo cristiano la aceptación de la validez de la teoría de la evolución es muy diversa. La iglesia Anglicana hace ya tiempo que se reconcilió con Darwin. Lord Carey fue en su día clérigo anglicano, y no ha dudado recientemente en afirmar que los seculares hacen bien en criticar el Creacionismo, como debería criticarse cualquier otra pseudociencia. Reprocha también a los propios cristianos defender las interpretaciones bíblicas de la historia humana, y reconoce en Charles Darwin como «uno de los más grandes seres humanos jamás nacidos». La Iglesia Católica también reconoce que evolución y religión son compatibles. La tesis es defendida por el científico madrileño Francisco Ayala quien trabaja como biólogo en los Estados Unidos. En una conferencia recientemente celebrada en la Universidad Gregoriana Pontífica de Roma, Ayala explica las carencias del modelo del Diseño Inteligente. «El diseño de organismos no es el que cabría esperar si hubiese existido un diseñador inteligente, sino peor y mucho más imperfecto. Defectos, disfunciones, rarezas, desperdicio y crueldad pervierten el mundo viviente». Siempre que la Iglesia se acepta a sí misma como representante de una superstición, construir puentes entre religión y ciencia no es tan complicado.
Son las distintas iglesias protestantes americanas las que vienen desde hace ya más de un siglo batallando por eliminar la teoría de la evolución de las escuelas e intentar hacer dominante en toda la sociedad la idea Creacionista para explicar la historia del mundo. La presencia de Sarah Palin en las últimas elecciones norteamericanas nos ha avisado a todos de lo lamentable que llegaría a resultar que un creacionista se haga con la presidencia del país con los mejores y mejor pagados científicos del mundo, y también del peligro que sin duda supondría que un firme creyente en la valided de las profecías del Apocalipsis tenga el control de los misiles de la potencia mejor armada.
Curiosamente, en los Estados Unidos, un reciente estudio de la Pew Research Foundation concluye que de entre los que rechazan la teoría de la evolución, sólo un 14% lo hace porque considera que no existen evidencias suficientes.
Académicos musulmanes consideran a la evolución compatible con el Islam. El Dr. Israr Ahmed considera que el trabajo de Alá puede verse tras el funcionamiento de la evolución. El poeta y filósofo Mohammad Iqbal va más lejos y, tal y como suele tenerse la manía de hacer, llega a afirmar que en realidad la evolución ya fue explicada por Mahoma y figura en el Corán y en sus enseñanzas. Preocupa sin embargo la aceptación del Creacionismo en una civilización que estaba empezando a despertar a los beneficios de una cultura científica. Todo se verá empeorado tan pronto los musulmanes empiecen a notar el vínculo tan fuerte entre la aceptación de la teoría de la evolución y el ateísmo. Conociendo su fondo cultural, hay que tener la garantía de que eso supondría el abandono total de la interpretación científica del mundo y la vuelta a las explicaciones religiosas. Es justo el mecanismo que los creacionistas como Oktar están intentando activar.
Como en tantas otras ocasiones, probablemente lo mejor que los seculares podemos hacer es utilizar la mejor ciencia disponible evitando hacer evidentes sus consecuencias metafísicas. Así probablemente pueda evitarse el rechazo de la ciencia por parte de civilizaciones donde aún a ésta se la concede una importancia menor que a la religión. En realidad es así como lo enseñaba Charles Darwin. En su El origen de las especies, el libro que para Dawkins «hizo intelectualmente respetable ser ateo» no encontrarás una sola palabra sobre ateísmo.
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humanismo ciencia evolucion religion islam
6.000 millones de euros es un billón de pesetas. La cifra es inverosímil, incluso para millonarios como Bil Gates.
Seguramente ha habido alguna confusión con los billones anglosajones, y la recompensa sea de sólo 6 millones de euros (mil millones de pesetillas)
Mira, no sé, en mi fuente estaba tan mal explicada la cantidad que no tenía sentido ni con billones ingleses ni con billones españoles. Lo más probable es que sea como tú dices.
Si tuviéramos que tomarnos la Biblia al pie de la letra deberíamos creernos que hubo hombres que vivieron 700 años, como Matusalén, y mil cosas acientíficas más.
La Biblia fue escrita hace muchos siglos a partir de narraciones orales aún más antiguas y reflejan una mezcla de los conocimientos y la religiosidad de los hombres de aquellos tiempos, hechas con la mejor de sus intenciones, seguramente.
Además, entre los judíos y los cristianos, y supongo que también entre los musulmanes, SIEMPRE ha habido una mayoría que ha tendido a ver los Libros como una alegoría y una inspiración, negando incluso su verdad literal.
Por eso me llama la atención que tantas personas crean que la ciencia está en lucha con la Iglesia, o con la fé. Tal vez habría que acusar de incultura humanística a la comunidad científica.
La Iglesia en los tiempos de Darwin representaba las creencias de toda una sociedad durante milenios, dados los conocimientos de entonces no se podía pensar que la Tierra tuviera 5.000 años, que el hombre fuera pariente del mono o que los seres vivos evolucionaramos físicamente.
Con lo que ha tenido que luchar el darwinismo es con la idea de que el hombre era único, especial, creado. Antes de descubrir la evolución y demostrarla científicamente era imposible imaginárse lo que conlleva y después creo que a todos nos cuesta asimilarlo.
Paz hermanos y hermanas, quisiera sugerirles el artículo “Dios y la teoría de la evolución: Despejando la confusión.” en http://protectordelafe.blogspot.com/2016/10/dios-y-la-teoria-de-la-evolucion_14.html