La media hostia

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El liberal y el escéptico se rebelan contra lo que ellos llaman despectivamente arte moderno. Para ellos, nada tan artístico como un paisaje realista, mejor cuanto más parecido a una fotografía de turista. Es obvio entonces que Picasso, Van Gogh, Goya o Rembrandt sólo pueden ser llamados estafadores, mamones de las grandes tetas que fueron los estados de su tiempo. Y nada que no sea Velázquez puede ser llamado pintura.

Yo comprendo el concepto tan evidente que manejan. Su sueño es una sociedad capitalista pura donde mande lo privado y no existan los impuestos. Por supuesto, en una sociedad sin impuestos no habría exenciones por mecenazgo o por donaciones, no habría fundaciones, no habría museos, y no habría arte. Sólo habría Telecinco. Y ellos tan contentos.



En realidad es un gustazo sacar al payasete dentro de cada liberal y de cada escéptico así que, de coincidir con ellos en algún foro, no pierda el lector la oportunidad de plantear el tema del arte moderno. Y sea entonces tan amable de revelarles que donde dicen arte moderno, quieren decir expresionismo y, si llega a ser necesario, que Antonio López también es arte moderno, y del bueno.

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