La media hostia

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Pierre Schaeffer es el inventor del loop. Por supuesto, en tiempos de Schaeffer —hablamos de mediados del siglo pasado— no existía el sampler ni ningún otro instrumento musical digital. Para conseguirlo Schaeffer ideó una forma de bloquear la aguja del tocadicos para evitar que tras cada giro se acercase más hacia el centro del vinilo. En su lugar, la aguja permanece fija contra un surco determinado y repite los sonidos grabados en ese surco hasta el infinito.

Schaeffer investigó también cómo eliminando o alargando el ataque o la caída es posible transformar un sonido melódico en percusivo, y viceversa.

Más significativamente, Schaeffer especuló con que sería posible construir un instrumento que proporcionara sonidos orquestales a partir de eventos pregrabados. Su phonogene es el precursor del mellotron, ese simpático teclado que protagonizaba la introducción del imprescindible Strawberry Fields Forever de The Beatles y tanta mala música posterior.



En Symponie pour un homme seul, con la colaboración de Pierre Henry, Schaeffer explora las posibilidades de utilizar fuentes musicales ajenas para recomponer una obra musical completamente distinta. Añade la utilización de la voz humana simplemente por sus propiedades sonoras, descartando lo inteligible. Estrenó la obra en París en 1950, con un equipo compuesto por un PA, mezcladores y platos. Gloria para el primer DJ de la historia.

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