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En España, aún el más caprichoso de los republicanos, tiene de tiempo en tiempo motivos para declararse juancarlista. El mismo rey que durante su coronación juró defender los objetivos del Movimiento Nacional, colaboró sin embargo en traer la democracia al país, legalizar los partidos políticos hasta entonces ilegales y, de forma especialmente memorable, desactivar de un sopapo dialéctico el intento de Golpe de Estado en febrero 1981.
La última de Juan Carlos I ha sido mandar callar de forma nada solemne pero sí magistral al venezolano Chávez igual que te mandaría la abuela dejar de sorber la sopa. Con suerte, esto servirá de lección a millones y millones de votantes en Latinoamérica: Se puede tratar al populismo con grosería sin perder un ápice de glamour.
Considera esta entrada un meme. Lo único que pido es que enlaces en tu blog este mismo vídeo, para que alcance el primer lugar en la lista de cortes populares en YouTube de Technorati que sin duda merece.
lmhEspaña
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