La media hostia ahora es Scientia Futura

Javier Bardem y No Country for Old Men

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Javier Bardem como Anton en No Country for Old Men

Gracias a Internet y al P2P, algunos ya hemos tenido la fortuna de ver No Country for Old Men, la última película de Joel y Ethan Coen, la que le ha dado a Javier Bardem su segunda candidatura a un premio Oscar.

Sobre la magnífica interpretación de Bardem en esta película hay poco que decir, sólo registrarle en el selecto club de actores que unen el más contundente de los físicos con una prodigiosa flexibilidad, club probablemente presidido por el gran Marlon Brando.

La carrera de los Coen tuvo la oportunidad de perderse en imitaciones más o menos depuradas del cine de David Lynch —estoy pensando en Barton Fink—. Por suerte, sus últimas películas recuperan las virtudes con las que ya se hicieron notar con Sangre Fácil, su primera gran obra: Una tremendamente medida dirección de actores, quienes siempre están a cargo de personajes de grotesca humanidad; el paisaje como personaje, a la manera de los clásicos del western como John Ford o Anthony Mann; el gusto por el encuadre preciso —siempre recuerdo a Philip-Lorca diCorcia mientras veo cine de los Coen—, la esquizofrenia en cada diálogo, aliñada con un sofisticado sentido del humor.

En No Country for Old Men, desde luego, si hay una moraleja, ésta solo puede resultar mínimamente asumible para nosotros, españoles, quienes, al fin y al cabo, vamos con Bardem —para cualquiera de mi generación, en cambio, el tema de los cariños puede llegar a estar dividido, al ser su antagonista en la película Josh Brolin, el mayor de los Goonies—. El último de sus crímenes en la película, el más cruel de todos, está sin embargo empapado de una lógica insoportable: Anton había al fin y al cabo ofrecido un trato, y éste había sido rechazado.

La última secuencia de la película, a cargo de Tommy Lee Jones, pone de manifiesto hasta qué punto es alto el nivel cinematográfico de los Coen. Con todo lo terrible que puede llegar a ser lo que sucede a nuestro alrededor, siempre queda empequeñecido ante los fantasmas personales de cada uno.

Aún después de su estreno en nuestro país, cabe recomendar ver la película en su versión original. Está ambientada en los alrededores de la frontera entre los Estados Unidos y México, y son muchas las escenas donde inglés y español se mezclan de forma natural y sugerente.

El otro nominado español este año a un premio de la academia es Alberto Iglesias, el más internacional de nuestros músicos dedicados a la disciplina de las bandas sonoras. Éste ya habría merecido el premio por su memorable acompañamiento para The Constant Gardener, si bien el Oscar acabó siendo entregado a Gustavo Santaolalla por su pulcra pero mucho menos amplia musicalización de Brokeback Mountain. Posiblemente, sin necesitar demasiada suerte, en esta ocasión se haga justicia.

—Cerrando el círculo, hace escasos días ha sido encontrado muerto Heath Ledger, protagonista de Brokeback Mountain, y de quien se dice que había rechazado el papel en la de los Coen que va a darle el Oscar a Bardem. La vida es así de puta.—



Entradas relacionadas:




Related Posts with Thumbnails