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Martin Beckford es corresponsal en asuntos religiosos para The Daily Telegraph. Lord Carey of Clifton fue en su día Arzobispo de Canterbury para la Iglesia Anglicana, y es uno de esos casos extraños de escritor religioso de talante liberal con los que reconforta encontrarse de vez en cuando. En este artículo, Beckford se hace eco de los razonamientos de Lord Carey acerca de cómo el 11-S ha minado los escasos puentes entre razón y religión que permanecían levantados. La traducción es de Ismael Valladolid, editor de La media hostia.
Martin Beckford
Lord Carey afirmó que la destrucción del World Trade Center por fanáticos musulmanes marcó el inicio de una nueva guerra librada por escritores «agresivos y estridentes» como Richard Dawkins.
Reclama que el tono «desagradable y reaccionario» de quienes rechazan todas las fes ha ensanchado la distancia entre religión y ciencia creando un «diálogo de sordos».
Sin embargo Lord Carey, entre 1991 y 2002 el más anciano de los clérigos de la Iglesia de Inglaterra, concede que los ateos hacen bien en criticar las pseudociencias como el Creacionismo.
Reprocha a los Cristianos jugar con la baraja de quienes hacen campaña contra la religión cuando defienden las explicaciones bíblicas de nuestra historia, y reconoció en Charles Darwin, el pionero de la teoría de la Evolución, como «uno de los más grandes seres humanos jamás nacidos».
Sus comentarios llegan después de la primera campaña publicitaria atea en los autobuses británicos, con 800 de ellos en las calles adornados con posters que declaran: «Probablemente Dios no existe. Ahora deja de preocuparte y disfruta de la vida».
En una charla dada en la Universidad de Gloucestershire, Lord Carey afirmó que «vivimos en un mundo dividido y peligroso, y el desafío más urgente al que nos enfrentamos es a la construcción de puentes para el entendimiento y la esperanza. La contribución de la religión ha sido ignorada, no sólo por el profundo malentendido entre fes sino, más preocupante, por la polarización entre los dos mundos intelectuales, fe y secularismo, o fe y ciencia».
«El 11 de septiembre de 2001 es una fecha clave en la historia moderna. Suele utilizarse para representar un océano entre Occidente e Islam, y esto es cierto. Pero es también la fecha que simboliza la irreparable separación entre fe y religión, ilustrada en la hostilidad hacia todas ellas de Richard Dawkins y otros».
Sigue: «Los ataques al World Trade Centre, al Pentágono y a la Casa Blanca nos despertaron a todos ante una militancia islámica resurgente que sigue presente siete años después. Para algunos escritores, tales acontecimientos ilustran los males de la religión, de todas ellas».
«No dudo que puede trazarse una línea directa entre el 11-S y el tono agresivo y estridente de escritores como Christopher Hitchens, Richard Dawkins, Daniel Dennett, Sam Harris y otros —N. del T.; en realidad basta con haberles leído realmente para saber que el tono de cada uno de ellos es muy distinto—. El resultado es un espacio cada vez mayor entre religión y ciencia, y la incapacidad para el compromiso, que termina en un diálogo de sordos.»
No obstante, el otra vez Arzobispo admitió «simpatizar hasta cierto punto» con los ataques ateos al Creacionismo —que enseña que el mundo fue creado por Dios en unos pocos días hace sólo unos miles de años— y al Diseño Inteligente, que afirma que el universo es tan complejo que debe haber sido creado por algo o alguien.
Dice: «El Creacionismo es el fruto de una aproximación fundamentalista a las escrituras que ignora la necesidad de un aprendizaje crítico en nuestras escuelas, y confunde entre distintos entendimientos de la verdad».
«El argumento del Diseño Inteligente puede resultar atractivo para muchos Cristianos para al final niega lo que es la ciencia, que consiste en hacer hipótesis sobre lo observable y después realizar experimentos en un proceso constante de pruebas.»
Lord Carey rechaza que sea cierto que sean las teorías de Darwin sobre cómo ha evolucionado la vida las que han creado una división permanente entre ciencia y religión.
«Muchos de nosotros lo aceptamos y, hablando personalmente, siempre me ha parecido una explicación muy buena del mundo en el que vivimos» dice.
Finaliza diciendo que el devoto debe comprometerse en una visión más «positiva, respetuosa y crítica» de la ciencia. Pero también que los ateos deben conceder que la religión beneficia a los creyentes y a la sociedad en general.
En referencia a la campaña del autobús ateo, Lord Carey afirma que «pretende inferir que todas las religiones son malas para el florecimiento humano, que son vestigios enfermizos y atrofiados de la tradición humana».
«Necesitamos una conversación razonable y cuidadosa para superar la forma tan infantil y tan trivial en la que estamos discutiendo asuntos de fondo ético.»
La campaña del autobús consiguió 140.000 libras para colocar anuncios en 800 autobuses de todo el país y 1.000 más en estaciones de tren.
Gracias a su éxito, la BBC ha estado de acuerdo en emitir una versión no religiosa de su Thought for the Day por primera vez. Los responsables de la corporación habían rechazado previamente que no creyentes hablasen durante el prestigioso God slot de Radio 4, hasta ahora de participación exclusiva por parte de figuras de fes establecidas. Los fundadores han concedido sin embargo la oportunidad de emitir una versión especial del Thought for the Day en otra franja horaria del canal.
Visto en Former Archbishop of Canterbury says atheists use 9/11 as an excuse to attack all religions publicado en Telegraph vía Sam Harris.
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Lo del 11-S no es una excusa, es un ejemplo claro de lo que el apego al pensamiento religioso conlleva.
Por otro lado la brecha entre ciencia y religión no se abre solo gracias a la actividad de ateos como Dawkins sino es el resultado natural que se da cuando los descubrimientos científicos dejan sin base las creencias religiosas.
Estimado Chiaroscuro, es justamente sobre tu punto de vista que trata el articulo...