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La semana pasada se celebraba el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. A quienes padecemos una de éstas nos parece que en muchas ocasiones tendría que redefinirse de alguna forma la definición de discapacidad. Probablemente el mejor de los ejemplos sea Stephen Hawking. En su cuerpo destruido por la esclerosis lateral amiotrófica se esconde la mente más preparada para la física desde Newton o Einstein.
Recibe Hawking un merecido homenaje por parte de la Royal Society, la academia científica británica, donde se descubre un retrato expresionista del genio —es una palabra que no me gusta utilizar y este es un raro caso donde no queda otro remedio— realizado por Tai-Shan Schierenberg.
El arte es la más rara de las singularidades. Como más allá del horizonte de sucesos de un agujero negro, en cada obra de arte se esconde la eternidad.
Visto en The Guardian.
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Hola Ismael,
Una de las cosas que voy a hacer con la Sociedad Española de Reumatología es una nueva plataforma donde los enfermos dependientes, sus familiares y los profesionales sanitarios que trabajan con dependientes puedan interactuar entre ellos como en las redes sociales, pero sin quedarse ahí: también se quiere que los profesionales puedan colaborar juntos, por ejemplo poniéndose tareas entre ellos para medir la calidad asistencial en su entorno de trabajo. Es una tarea muy compleja y va a hacerse en colaboración con el ministerio de Sanidad.
Se lo estaba comentando ilusionada el otro día a un amigo que tiene una discapacidad visual y este amigo me dijo: "Nunca entendí por qué lo llaman ley de dependientes. Si es por eso, a la ley de educación deberían llamarla ley de ignorantes." Y de repente caí en que tenía toda la razón.
No se trata de ejercer la caridad o de aliviar su dependencia con estrategias meramente paliativas: se trata de hacer posible que las personas con discapacidades sean de verdad INDEPENDIENTES.
Tiende a gustarme más la palabra en inglés "handicapped". En el golf, según tu nivel, tienes lo que llaman el handicap. El hoyo que para unos es un par 3, para otros es un par 4. Nadie te llama "desgolfizado" ni sugiere que no puedas jugar al golf por tener un handicap u otro. Simplemente te aplican una escala de puntuaciones distinta para que en cualquier caso te sientas cómodo jugando. En comparación, los términos en español son en el mejor de los casos condescendientes y en el peor simplemente despreciativos. He tenido que aprender a vivir rodeado de gente con una atención cognitiva insignificante y una inteligencia social inexistente. Me divierte ser yo el "discapacitado".