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Buzz Aldrin, el segundo hombre en pisar la Luna y decenas de astronautas estadounidenses y rusos se reúnen en Tenerife para homenajear a Gagarin.
Nuño Domínguez
El segundo hombre en pisar la Luna paseaba ayer por los pasillos de un hotel de cinco estrellas en Tenerife. A pesar del calor, llevaba encima una brillante cazadora de piloto color plata, en la que podía leerse su nombre a diez metros. Es
Buzz Aldrin, que siguió a
Neil Armstrong por la escalerilla para dar ese paso pequeño para el hombre, pero gigante para la humanidad, en 1969. A sus 81 años, y tras alguna operación estética, Aldrin quiere ver a las nuevas generaciones dar el próximo gran brinco. "Necesitamos un liderazgo claro para ir a Marte", señaló el astronauta en una rueda de prensa durante el Festival Starmus, en Tenerife, donde, hasta el viernes, se dan cita los supervivientes de las primeras generaciones de astronautas estadounidenses y soviéticos que conquistaron el cosmos durante la carrera espacial.
"Nadie ha organizado un festival como este antes", aseguraba ayer
Alexei Leonov, piloto y cosmonauta soviético de 77 años que fue el primero en dar una caminata espacial y que ayer se fundió en un abrazo repleto de palmadas con Aldrin, cuando entró en la sala de conferencias donde se celebra el festival. Una de las razones para la cita es la celebración del 50º aniversario del primer viaje al espacio, realizado por
Yuri Gagarin en 1961. Siete años más tarde, Gagarin murió en un accidente de aviación. "Cuando Neil Armstrong y Buzz Aldrin dieron su primera conferencia después de regresar de la Luna, Armstrong dijo: Yuri Gagarin nos llamó a todos al espacio", recordó Leonov. "Cincuenta años después, Gagarin nos ha llamado aquí", aseveró.
La concurrencia era por sí misma un resumen de medio siglo de ciencia y aventura. También un compendio de las mayores preguntas que acechan al ser humano sobre su origen y estado en el universo. Cada mesa del restaurante del Hotel de Guía de Isora donde se celebra Starmus tenía al menos un fuera de serie en su nómina, cuando no varios. En una se sentaba el estadounidense Charlie Duke, el hombre más joven que ha puesto el pie en la Luna, que estaba charlando con
Michel Mayor, el astrónomo suizo que descubrió el primer planeta fuera del Sistema Solar en 1995 y que está convencido de que la galaxia alberga millones de planetas aptos para la vida. Allí también estaba
Claude Nicollier, el primer y único astronauta suizo, quien ha viajado cuatro veces al espacio, una de ellas para arreglar el telescopio espacial Hubble a bordo de los transbordadores de la NASA, que en julio se retirarán para siempre.
Unas mesas más allá estaba
Jack Szostak, Nobel de Medicina en 2009 y uno de los candidatos a responder la pregunta de cómo se originó la vida en la Tierra generando protocélulas, una réplica de las primeras criaturas que habitaron el planeta y que nacieron en un proceso que puede también haberse dado en algunos de los planetas que observa Mayor. Ayer se esperaba además la asistencia de
Valentina Tereshkova, primera mujer que viajó al espacio, y de
Jim Lovell, comandante de la misión Apolo 13 y protagonista de aquel mítico "Houston, tenemos un problema". El jueves llegará Neil Armstrong.
¿Qué caracteriza a esta primera generación de astronautas que llegó más lejos en el espacio que ningún otro sucesor? En palabras de Aldrin, "es como un piloto de pruebas aterrizando en un portaviones al estilo macho-man, el arquetipo de un hombre que acepta el riesgo", aseguró ayer el astro-nauta mirando fijamente a los focos de las cámaras con sus ojos azules algo alucinados. "No estoy seguro de si esa es la mejor característica para mantener un proyecto en el tiempo", dijo, en referencia al hecho de que, desde la era Apolo, ningún humano ha pasado de la Luna.
La forma para volver a aquellos tiempos, dijo, es apasionar a la gente como hizo su equipo. "Cuando fuimos a la Luna, no dijimos que fuese un éxito de EEUU, sino de la humanidad", señaló. La excepcional aventura espacial que generó la Guerra Fría entre la URSS y EEUU debe ahora ser sustituida por colaboración, una de las palabras que más repiten las viejas glorias en Tenerife. "Nunca olvidaré mi visita al Centro de Propulsión a Chorro de la NASA, cerca de Los Ángeles", recordó Leonov. "En la fachada pone: unidos somos mejores". Aldrin prefirió la sorna. "EEUU y la URSSacabaron la carrera en empate, así que creo que el verdadero ganador ha sido China", dijo.
Por la mañana, Aldrin hizo honor al mito temerario de los primeros astronautas. Dijo que una de las mayores "penas" de su carrera fue la cancelación de una especie de mochila con cohetes parecida a las que aparecen en los tebeos. Se llamaba Astronaut Maneuvering Unit (AMU) y Aldrin debía probarla durante una salida de su nave en la misión Géminis 12, realizada en 1966. "Fue una gran decepción cuando la NASA canceló aquel proyecto, que era la principal aportación de las Fuerzas Aéreas al programa Géminis. Me habría encantado volar alrededor de la nave con ella. El problema era el largo cable de cien pies (unos 30 metros) que podía enredarse e incluso dejarte sin combustible", recordó Aldrin. "Una de mis penas ha sido dejar que la NASA lo cancelase a pesar del gran grado de confianza que tenía de saber lo que estaba haciendo", confesó.
"Starmus nace con la esperanza de que los que fueron mis héroes lo sean también para la próxima generación", dijo
Garik Israelian, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias y el hombre que ha hecho posible el festival. Ha recurrido a la ayuda de amigos como
Brian May, astrónomo británico más conocido como autor de himnos como We Will Rock You a la guitarra de la banda Queen.
Israelian es a quien todos los asistentes agradecen la posibilidad de presenciar algo como el festival Starmus, ya que la mayor parte del presupuesto viene de su bolsillo, con una contribución de un 20% de capital privado y público del Gobierno de Canarias, según explican fuentes de la organización. "Conozco a Garik desde hace muchos años y no me ha hecho caso con eso de que no debía juntar música y astronomía", confesó ayer May, que tocará el viernes en el concierto Sonic Universe, donde unirá sonidos de estrellas con la música de Tangerine Dream en el Palacio de Congresos Magma de Tenerife.
Visto en
Diario Público.