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Por primera vez, el gobierno chino comienza a admitir críticas veladas al macroproyecto hidrológico más grande y caro del mundo, la macro presa de las Tres Gargantas. Todas las fuentes de energía son peligrosas, y ninguna ha causado tantas muertes y un destrozo ecológico comparables a las presas chinas, aunque organizaciones como Greenpeace lo ignoren interesadamente.
David Brunat
Antes de que las lluvias torrenciales se adueñaran del centro de China, el país estaba inmerso en la peor sequía de los últimos 60 años. La estampa que presentaba el vivero de China era impactante. El caudal del río alcanzó mínimos históricos después de haber recibido hasta el 30% del volumen de lluvia habitual.
La sequía afectó a 36 millones de personas y más de cuatro millones tuvieron dificultades para abastecerse de agua potable. El problema es que la tan deseada lluvia ha aliviado la sequía, pero no ha solucionado la base del problema: las cosechas siguen arrasadas, la población está al borde de la ruina y el ecosistema de toda la región pende de un hilo.
La situación es dramática y, en medio del desastre, un culpable suena cada vez con más fuerza: la presa de las Tres Gargantas, un enorme tapón asentado en el curso medio del Yangtsé que ha contribuido a desestabilizar la zona más fértil y rica en biodiversidad de China. Un proyecto faraónico que el Gobierno convirtió en símbolo de desarrollo en los años noventa y que ahora se le empieza a volver en contra.
Tan grave es la previsión de futuro que hasta Pekín reconoció días atrás, cuando la sequía empezaba a alcanzar proporciones bíblicas, que la presa acarrea "problemas urgentes que deben ser resueltos, desde la correcta reubicación de los habitantes afectados hasta la prevención de desastres ecológicos y geológicos". El Consejo de Estado, por su parte, indicó que "surgieron varios problemas durante la planificación y construcción (terminada en 2006), pero no pudieron ser resueltos inmediatamente debido a las condiciones de cada momento". Una admisión de culpa histórica, pues hasta la fecha cualquier crítica a las Tres Gargantas, el proyecto hidrológico más grande y caro del mundo (18.000 megawatios de potencia y 20.000 millones de euros), era tomada como una afrenta al régimen y castigada con la brutalidad que reciben los disidentes.
"Hay varios problemas que no se contemplaron en el diseño del proyecto y que aparecen ahora, al cabo de una década. Creo que la mejor lección que China puede sacar de la presa de las Tres Gargantas es cómo evitar que otro megaproyecto vuelva a tener efectos devastadores de los que luego tengamos que arrepentirnos", indica Li Yan, especialista en energía de Greenpeace China. El Gobierno está construyendo decenas de instalaciones energéticas, presas en muchos casos, y, según Li, las Tres Gargantas se está tomando como "referencia de lo que no se debe hacer". Algunos analistas políticos incluso insinúan que Hu Jintao y Wen Jiabao, presidente y vicepresidente de China, quieren distanciarse de un proyecto que heredaron y con el que no están del todo de acuerdo.
"Las Tres Gargantas ha causado buena parte de los problemas derivados de la sequía", sentencia Wang Yong-chen, fundadora de Green Volunteers, una de las organizaciones medioambientales chinas más activas. "Sus cisternas están llenas de residuos y contaminan todo el agua de la presa, y esta a su vez impide que discurra el agua a lo largo del Yangtsé. La que cae lo hace sin apenas sedimentos y cuando las compuertas se abren y arrojan toneladas de agua para aliviar la sequía, los márgenes del río no la asimilan y empeoran aún más el problema", detalla, antes de añadir como perjuicios un "aumento en las enfermedades originadas en el agua" y "la reducción de la biodiversidad", ya que la región en la que se asienta la presa es el hogar de miles de plantas y animales autóctonos.
El artículo completo en Diario Público.
Un interesante aporte que me hace recordar lo ocurrido con la presa Hoover (y otro montoncito mas de tapones a lo largo del Río Colorado) que practicamente destrozó la que una vez rica ecología del Delta del Río. Pero como este susodicho delta se encuentra en lado Mexicano, carece de importancia para los inversionistas de E.U.A.