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El quásar está a 12.900 millones de años luz de distancia de la Tierra y tiene en su centro un agujero negro de 2.000 millones de veces más masa que el Sol.
Redacción
Los quásares deben ser galaxias lejanas muy luminosas con un agujero negro supermasivo en su centro y "su brillo los convierte en poderosos faros que pueden ayudar a investigar la época en que se formaron las primeras estrellas y galaxias", añaden los expertos del ESO. La luz del quásar que ahora ostenta el récord llega ahora a la Tierra tras viajar por el universo durante 12.900 millones de años (a la velocidad de la luz), por lo que los astrónomos ven el objeto como era cuando emitió esa luz (en el universo tan joven de entonces).
"Este quásar es una evidencia vital del universo primordial, un objeto muy raro que nos ayudará a entender cómo crecieron los agujeros negros supermasivos unos pocos de cientos de millones de años después del Big Bang", señala Stephen Warren (Imperial College, Londres) uno de los líderes de la investigación. El hallazgo de quásar, llamado ULAS J1120+0641, se presenta en la revista Nature.
Estos astrónomos buscan quásares muy lejanos y han tardado cinco años en dar con este, según explican. Su investigación se inscribe en el proyecto UKIDSS, siglas en inglés de Rastreo en Infrarrojo del Cielo Profundo que utiliza un telescopio británico de infrarrojo situado en Hawai, pero una vez localizado el ULAS J1120+0641, recurrieron a los grandes telescopios Gemini Norte (también en Hawai) y uno de los VLT (en Chile), con los que han podido analizar su luz y desvelar características como la distancia. Los astrónomos calculan la distancia de los objetos celestes lejanos con un parámetro denominado desplazamiento al rojo, con símbolo Z, y en este caso su valor es tan llamativo que los investigadores, liderados por Daniel J.Mortlock (también del Imperial College de Londres), titulan su artículo en Nature con una frase escueta: Un quásar luminoso con desplazamiento al rojo de z= 7.085.
Este hallazgo, "supone un dolor de cabeza para los astrónomos", dice Mortock. "Es difícil comprender cómo una agujero negro millones de veces más masivo que el Sol pudo haber crecido tan pronto en la historia del universo. Es como lanzar una bola de nieve por la pendiente ¡y que de repente mida seis metros de diámetro!". Pero a la vez, señala, "es una gran oportunidad:. "Lo importante es lo brillante que es esta fuente, cientos de veces más brillante que ningún objeto descubierto a tal distancia, lo que significa que podemos utilizarlo para averiguar, por primera vez, cuáles eran las condiciones del universo primitivo".
Foto de Gemini Observatory. Visto en El País.
Este tipo de información me súper encanta:D