La media hostia ahora es Scientia Futura

Maestros del piano

Publicado por Ismael

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Un momento decisivo en tu afición por la música clásica es cuando pasas de tomar en consideración simplemente a los compositores a admirar también a sus intérpretes. En cierta ocasión, en un foro, me dieron una recomendación de cinco pianistas de referencia para cinco autores clásicos. Desde luego me sirvió de mucho a la hora de apreciar su obra, y también para tirar del hilo y descubrir a muchos otros intérpretes magníficos. Me permito repetir aquí la recomendación, corregida y aumentada gracias a la magia de YouTube.

Liszt por Cziffra



Franz Liszt es el mayor virtuoso que ha dado el piano. Es imposible encarar su obra en general, y sus Estudios Trascendentales en particular, sin más de diez años de conservatorio. No es extraño que las interpretaciones mejor consideradas de su obra tengan como autores a músicos prodigiosamente capacitados. De Georges Cziffra se han dicho muchas cosas, y en particular se le suele acusar de demasiado pedal. Es posible. En Cziffra, todo era demasiado.



—Me permito sugerir que el Liszt de Leslie Howard está a la altura del Liszt de Cziffra, y también recomendar el Liszt de Daniel Barenboim como el mejor que es posible escuchar de entre los intérpretes en activo.—

Beethoven por Kempff





La identificación con Ludwig Van Beethoven por parte de Wilhelm Kempff es tal que posiblemente, en lo que al siglo XX respecta, Kempff es Beethoven. Siendo irrepetible como solista, interpretó también música de cámara junto a colosos del tamaño de Menuhin al violín o Fournier al chelo. La vida de Kempff tuvo a bien comenzar con el siglo y terminar cerca de acabado éste. Murió en 1991. Eres libre de culpar a su muerte del grunge y de Spin Doctors.

Chopin por Rubinstein





A Arthur Rubinstein se le concede haber interpretado al mejor Chopin. De una vida fascinante, nacido en Polonia y emigrado a los Estados Unidos, a Rubinstein Thomas Mann le llamaba el «virtuoso feliz». A su inconfundible sonido se le unían su fama de vividor, de humanista, y de hombre embriagado por la joie de vivre.

Schubert por Brendel





Los Impromptus de Schubert tocados por Alfred Brendel son una debilidad personal del autor de este blog. Pocos pianistas como Brendel con unas manos capaces de ser seda y dinamita con sólo unos segundos de separación. Un estilo que se adapta como anillo al dedo a las composiciones de Schubert, un autor con una habilidad sin precedentes —¡pero también sin sucesores!— para mezclar multitud de estados de ánimo en la misma pieza.

Bach por Gould



En cierto episodio de Los Simpson, a Homer se le incrusta un lapicero en el cerebro, y esto provoca que se vuelva un intelectual. Mientras escucha la radio, empieza a sonar música clásica y el locutor afirma con voz aterciopelada «esta sonata podría no parecer una interpretación de Gleen Gould pero... Lo cierto es que lo es». En ese momento, Homer se ríe entre dientes. Gleen Gould pasa a ser así el único músico clásico al que la más importante serie de animación de la historia se ha llegado a referir.

Sin salir de su juventud, a Gould ya le llamaban el James Dean del piano. Pertenecía a una generación de jóvenes arrolladores como Marlon Brando y el propio Dean, mitificados por la cultura beat. Gould manifestaba su empuje interpretando una versión de las Variaciones Goldberg de Bach que duraba poco más de media hora —su última versión —a la que pertenece el videoclip—, grabada entrados los años ochenta, un año antes de su muerte, considerada por algunos la más importante grabación de música clásica de todo el siglo pasado, sobrepasaba los cincuenta—. Escuchar al Bach de Gould es empaparse de todo el drama que el maestro barroco era capaz de poner en su música. No es casualidad que Gould llegara a afirmar que en la música clásica existía un hueco entre Bach y Wagner, que por supuesto para él Mozart o Beethoven nunca fueron capaces de llenar —no existe desde luego música más bella que la de Bach, y cualquier cosa posterior alcanza a lo sumo la condición de tan bella.—



Cuando escuchas una grabación de Gould y empiezas a oír a lo lejos su voz arrullando la melodía que está tocando al piano, sabes que estás escuchando puta magia.

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2 comentarios:

  1. Cynega dijo...

    ¡Propongamos al genial pianista/director argentino Daniel Barenboim para la nominación al premio Nobel de la Paz!
    Su esfuerzo por llevar el arte a los más terribles conflictos bélicos es loable.
    Es hora de que el Estado Argentino proponga nombres no por demagogia ni por descarte ni porque es políticamente correcto.
    http://cynega.blogspot.com/2008/05/barenboim-y-su-staatskapelle-en.html

    Blog Político-Cultural: www.cynega.com.ar
    Cynega

  2. Ismael dijo...

    Desde luego sí, Barenboim tiene una dimensión humanista que llega mucho más lejos que su dimensión como músico, la cual en sí misma no es poca.

    El Nobel de la Paz a Barenboim nos reconciliaría con el Nobel de la Paz, esa forma laica de beatificar que nos hemos dado en Occidente y que año falla año también.