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Redacción
Los humanos tenemos prejuicios. Un prejuicio típico es el de los estereotipos raciales. Y es que, en el fondo, todos somos un poquito racistas y vemos al que es diferente de una manera distinta a como vemos a las personas de nuestra propia raza. Probablemente haya causas evolutivas y biológicas que expliquen este prejuicio, aunque nunca serán una excusa para comportarse mal con los que son diferentes.
Sin embargo, parece que hay personas que están libres de este tipo de prejuicio, no solamente desde el momento en que nacen, sino incluso después. Niños con un desorden neurológico denominado síndrome de Williams son amigables porque no tienen miedo a los desconocidos. Ahora un estudio muestra que estos niños además no desarrollan aptitudes negativas acerca de otros grupos étnicos, aunque sí muestren estereotipos asociados al género, es decir, sexistas.
Según Andreas Meyer-Lindenberg, director del Instituto central de Salud Mental en Mannheim —Alemania— es la primera prueba que demuestra que diferentes tipos de estereotipos están disociados biológicamente.
Los adultos con este síndrome muestran una actividad anormal en la amígdala, que es la región cerebral asociada a las amenazas sociales y que dispara reacciones inconscientes negativas ante la presencia de otras razas. La influencia de la raza ha sido asociada al miedo. Los adultos son más propensos a asociar objetos y eventos negativos con personas de otros grupos étnicos que con gente de su propio grupo. Pero según Meyer-Lindenberg su estudio ofrece una prueba importante de que el miedo social da lugar al estereotipo racial.
El equipo de investigadores mostró 18 fotos a 20 niños blancos de origen europeo de entre 5 y 16 años con y sin este síndrome. Entonces se les pidió que eligieran a individuos de las fotos para efectuar actividades ligadas al género, como jugar con muñecas. Ambos grupos presentaban el mismo patrón de estereotipo ligado al género.
Luego se les habló de individuos con atributos negativos o positivos y se les pidió elegir personajes para un cuento moral entre un conjunto de fotos de personas con distintos tonos de piel. Uno de los cuentos podía ser el siguiente: «Sean dos niños pequeños. Uno de ellos, que tiene buen corazón, ve un gatito caer a un lago y lo rescata de morir ahogado. ¿Cuál de ellos es el niño con buen corazón?»
Los niños sin el síndrome favorecieron con características positivas a los niños de las fotos que tenían piel clara, asociando las negativas a los de piel oscura, algo consistente con los estudios previos. Sin embargo, los niños con el síndrome no estaban condicionados por el color de la piel. Según Meyer-Lindenberg la conclusión es que el miedo social no es necesario para el estereotipo de género, pero es importante para el estereotipo racial.
El resultado sugiere que el miedo social contribuye al estereotipo racial, pero las personas con este síndrome tienen problemas cognitivos, como retraso mental, lo que esto también podría jugar un papel en el asunto.
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Me da la impresión de que un estudio con 20 niños entre 5 y 16 años es una mierda pinchá en un palo y puesta a secar al sol.
No he seguido leyendo.