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Gracias a la superfetación, es posible la formación de nuevos embriones en las trompas de la madre, que anidarán en la matriz tras el parto de sus hermanos ya existentes. Un inusual y fascinante mecanismo evolutivo.
Sergio Parra
Es lo que se denomina superfetación. Kathleen Röllig, del Instituto Leibniz de Zoología de Berlín ha presentado sus características: los nuevos embriones se forman en las trompas de la madre, donde esperan el parto de sus hermanos para desplazarse y anidar entonces en la matriz.
De esta manera, las liebres son capaces de encadenar camadas y aumentar un tercio el número de crías.
Entre los animales que más frecuentemente desarrollan este fenómeno cabe destacar los siguientes: roedores —ratones y ratas—, animales de granja —caballos y ovejas—, marsupiales y primates —monos y humanos—.
Sí, humanos también, aunque es muy poco frecuente. El primer informe de superfetación en humanos fue publicado por Oskar Föder en 1932. En 2007, Ame y Lia Herrity, fueron concebidos con 3 semanas de diferencia por sus padres Amelia Spence y George Herrity en el Reino Unido. En mayo de 2007, Harriet y Thomas Mullineux, también fueron concibieron con tres semanas de diferencia por Charlotte y Matt Mullineux, en Benfleet, Essex —Reino Unido—.
El resultado es la concepción de mellizos que tienen una edad gestacional distinta.
Podéis leer acerca de uno de los últimos casos de superfetación en la siguiente noticia de la prensa.
Visto en La Vanguardia, vía Pequelia y Genciencia.
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