Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.
Sencillamente irrefutables. Así que ni lo intentes. #lol
Manuel Abeledo
1. Las farmacéuticas que producen productos homeopáticos no necesitan realizar ensayos clínicos poco éticos en países con gobiernos fácilmente sobornables.
2. Las compañías de productos homeopáticos no requieren gastar fortunas en ensayos con doble ciego y placebo.
3. Se dice que los productos homeopáticos son caros comparados con los alopáticos. Eso es falso. Dado que al incrementar la dilución se incrementa el efecto podemos cortar cada porción de la pastilla en cientos de porciones infinitesimales abaratando el producto varios órdenes de magnitud.
4. Si tu hijo se toma accidentalmente un frasco de comprimidos homeopáticos, ¡tranquilidad! Se ha demostrado que la sobredosis de estos compuestos es inocua.
5. Si has perdido mucho dinero en bolsa por la crisis de algunas compañías farmacéuticas, puedes comprar acciones de Boiron, una empresa al alza.
6. En el caso de que se olvide de tomar un día la medicación homeopática, o bien de que ésta se haya terminado justo a la hora de que las farmacias hayan cerrado, ¡no pasa nada!
7. La homeopatía es estupenda a la hora de hacer viajes, no necesitas cargar con bolsas de medicinas, basta con una botella de agua mineral.
8. No es necesario recordar complicados horarios, o tener que despertarse de madrugada para seguir una pauta, basta con tomarla cuando se tenga sed.
9. Para obtener un título que te acredite como diplomado en homeopatía no se requieren horas y horas atado a un aula y un laboratorio, basta con rellenar un formulario de los laboratorios Boiron.
10. La homeopatía permite fardar en los foros de Internet de estar tomando una medicación natural y acusar a tus interlocutores de estar vendidos a las grandes compañías farmacéuticas. Bueno, a casi todas.
Y sobre todo recordad que, dado que el Támesis pasa por Londres, ¡la homeopatía funciona!
Gracias a La Ciencia y sus Demonios por estos ratitos.
Esta es la mejor entrada que te he leído, sobre todo por la racionalidad con que la has escrito. ¡Viva el Támesis!