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La enorme pompa de gas, situada en la Gran Nube de Magallanes, a 160.000 años luz de la Tierra y formada tras la explosión de una supernova, tiene un diámetro de 23 años luz y se expande a una velocidad vertiginosa.
Redacción
La delicada estructura, fotografiada por el telescopio de la NASA y de la Agencia Espacial Europea —ESA, por sus siglas en inglés—, parece flotar serenamente en las profundidades del espacio, pero esta aparente calma esconde una gran actividad interior y un pasado repleto de violencia. La envoltura gaseosa se formó cuando la onda expansiva y el material eyectado de una supernova rasgó el medio interestelar cercano. Llamada SNR B0509-67.5 —o SNR 0509—, la burbuja es el remanente visible de una poderosa explosión estelar en la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia a 160.000 años luz de la Tierra.
Las ondas que se ven en la superficie de la burbuja pueden haber sido causadas por sutiles variaciones en la densidad del gas del ambiente interestelar o, posiblemente, son conducidas desde el interior por los fragmentos de la explosión inicial. La cubierta en forma de burbuja de gas tiene 23 años luz de diámetro y se expande a más de 18 millones de kilómetros por hora.
Los astrónomos han concluido que la explosión de la supernova fue especialmente brillante y llena de energía, de un tipo llamada Ia. Sucede cuando una estrella enana blanca en un sistema binario roba material a su compañera, acumulando más masa de la que puede soportar, de forma que explota de glotonería.
La supernova pudo haber sido visible para los observadores del hemisferio sur haacia el año 1600, aunque no existen registros de una «nueva estrella» en las cercanías de la Gran Nube de Magallanes durante esa época. Otra supernova mucho más reciente, la SN 1987A, sí ha llamado la atención de los astrónomos y sigue siendo estudiada por telescopios terrestres y espaciales como el propio Hubble.
Visto en Diario ABC.
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