La media hostia ahora es Scientia Futura

"Debacle", esa bonita palabra francesa

Publicado por Ismael

Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.

Hay quien dice que Carlos Gardel cada día canta mejor. Lo mismo pienso yo de Zinedine Zidane; cada vez juega mejor al fútbol.

Juan Pedro Quiñonero

Francia vive el rosario de catástrofes que han culminado con una humillante eliminación en el Mundial como una «tragedia», un «desastre», una «humillación internacional», que los sociólogos interpretan como un «reflejo» de crisis más hondas, la clase política percibe como un «síntoma de graves desencantos» y la opinión pública vive con profunda amargura, pidiendo «cabezas» que no tardarán en caer.



A los pocos minutos de la derrota ante la selección de Sudáfrica, Jean-Pierre Espelette, presidente de la Federación Francesa de Fútbol —FFF—, al borde de las lágrimas, declaraba: «Vivimos un desastre y una humillación nacional, mucho más grave para la opinión más frágil y más generosa. Los millares y millares de voluntarios han sido humillados por un rosario de vergonzosos desastres».

Roselyne Bachelot, ministra de Deportes, que se había desplazado a África del Sur, para intentar dar ánimos a una selección caída de hinojos en la implosión, reaccionaba lagrimeando ante las cámaras: «Inmensa catástrofe. Debemos volver a casa, humillados, pero dispuestos a tomar medidas excepcionales».

Las «medidas excepcionales» son relativamente bien conocidas. Raymond Domenech, el entrenador nacional, será sustituido de manera fulminante. En los bares, en la prensa, en las cadenas de radio y tv, la cólera crece desde hace días: «¡Hay que cortar cabezas...!». Unos piden la destitución de toda la plana mayor de la FFF. Otros reclaman «¡medidas ejemplares!» contra una presunta élite futbolística que ha dado un ejemplo devastador del estado de la «sociedad futbolística» francesa, y, más allá, de la crisis de fondo de una Francia que duda de sí misma.

Stéphane Beaud, sociólogo, establece una relación entre el psicodrama futbolístico nacional y la crisis social de los 500 o 600 guetos urbanos repertoriados por el ministerio del Interior. Y un ensayista reputado, como Alain Finkielkraut, escribe: «No sé si esta selección representa a Francia. Lo que si está claro es que la selección nacional es un fiel reflejo de nuestra sociedad, con sus clanes, sus guetos, sus divisiones étnicas, sus enfrentamientos. Y esa realidad, brutal, es un espejo terrible de nuestra sociedad francesa».

Tras la catástrofe deportiva, el debate cultural de fondo aflora a todos los niveles y hasta tiene dimensiones políticas y «psiquiátricas». Eric Besson, antiguo portavoz de la oposición socialista para asuntos económicos, actual ministro de la identidad nacional, establece una relación entre el desastre deportivo y las raíces últimas de una crisis social más honda, que él describe de este modo: «La prioridad, tras la humillación, es la reconquista del honor nacional. Ante la globalización, con sus tentaciones individualistas y comunitaristas, étnicas, religiosas y culturales, es más necesario que nunca reconstruir y afirmar nuestros valores nacionales. Los valores que son el cimiento profundo de nuestro proyecto colectivo. Esos valores han fallado y han estado ausentes en la selección nacional. De ahí que la catástrofe deportiva sea un reflejo de otras crisis. Y es nuestro deber intentar afrontar y combatir esa crisis de valores».

Visto en ABC.es.

Related Posts with Thumbnails