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La reliquia de Juan Pablo II que se expondrá a la veneración de los fieles el próximo 1 de mayo con motivo de su beatificación será una pequeña ampolla con sangre del papa Wojtyla. Un poquito de Walking Dead para sus fieles.
EFE
En los últimos días de la enfermedad de Juan Pablo II —falleció el 2 de abril de 2005— los médicos que le curaban le extrajeron sangre, que fue enviada al Centro de Hemotransfusión del Hospital Bambino Gesú, propiedad del Vaticano, ante la eventualidad de que hubiera que efectuarle transfusiones.
Ese centro era el encargado de ese servicio médico para el pontífice. Al final no se le efectuó ninguna transfusión y la sangre que se le extrajo permaneció conservada en cuatro pequeños contenedores.
Dos de ellos pasaron a disposición de su secretario particular, el actual cardenal de Cracovia —Polonia—, Stanislaw Dziwisz, y los otros dos permanecieron en el hospital, «devotamente custodiados por las monjas del hospital», agregó el Vaticano.
Con motivo de la beatificación, los dos contenedores o ampollas, han sido colocados en sendos relicarios fabricados por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
Uno de ellos será presentado a la veneración de los fieles el próximo 1 de mayo y después quedará conservado en el Sagrario del Vaticano.
El otro será devuelto al Hospital Bambino Gesú, donde será de nuevo custodiado por la monjas que prestan allí servicio.
El Vaticano señaló que la sangre de Juan Pablo II se encuentra en estado líquido debido a la sustancia anticoagulante presente en las probetas en el momento en el que le fue extraída.
Visto en La Razón.
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