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MSF y la OMS urgen a reemplazar el tratamiento tradicional con quinina por el artesunato, más caro pero más eficiente.
Ainhoa Iriberri
La publicación del documento coincide con un cambio en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud —OMS—, que ha modificado sus guías para el tratamiento del paludismo, definiendo como «recomendación fuerte, de evidencia de alta calidad» la utilización de artesunato sobre la quinina en la malaria producida por el Plasmodium falciparum la más mortal tanto en niños como en adultos.
La quinina es el tratamiento más utilizado para la malaria en África, sobre todo por su bajo precio 1,3 dólares por niño, frente a los 3,3 dólares del artesunato. Sin embargo, son muchos los inconvenientes que conlleva su uso. La quinina es mucho más difícil de administrar, ya que se requiere que lo haga personal sanitario especializado y tarda, además, mucho más en hacer efecto, ya que se suministra por perfusión intravenosa lenta —puede durar hasta cuatro horas— que debe realizarse tres veces al día.
El fármaco recomendado, sin embargo, se inyecta al enfermo por vía intravenosa en cuatro minutos. Esto se traduce en una mayor eficacia, ya que, según un estudio realizado en nueve países africanos y publicado en noviembre pasado en The Lancet, la falta de efectos adversos del tratamiento moderno frente al clásico reduce el riesgo de muerte en casi un 25%.
En 2009 se registraron 225 millones de casos de malaria en todo el mundo, de los que ocho millones acabaron evolucionando a malaria severa, la responsable de la mayoría de las muertes por esta patología.
Foto de Kate Geraghty para Fairfax Media. Visto en Diario Público.
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