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La Agencia Espacial Europea registra imágenes que muestran estrellas comenzando a brillar en las longitudes de onda de la luz visible, emergen de su nube natal y empiezan a mostrarse ante los telescopios ordinarios.
Europa Press
Según ha señalado la ESA, estas imágenes son las más detalladas jamás tomadas de la galaxia. Concretamente, la luz infrarroja de Herschel ha desvelado las nubes de gas y polvo frío en cuyo interior se forman las estrellas. En este sentido, ha explicado que dentro de estas grandes nubes, las nuevas estrellas comienzan a formarse en el seno de cúmulos de polvo de los que se van nutriendo en un lento proceso gravitatorio que puede durar cientos de millones de años.
Así, ha apuntado que una vez que la nueva estrella ha adquirido suficiente densidad, comenzará a brillar en las longitudes de onda de la luz visible, emergiendo de su nube natal y mostrándose ante los telescopios ordinarios.
La ESA ha destacado que se conoce un gran número de galaxias en espiral, pero Andrómeda es «interesante» porque presenta un gran anillo de polvo de unos 75.000 años luz de diámetro que rodea el centro de la galaxia. Los expertos especulan con que este anillo podría haberse formado recientemente tras una colisión con otra galaxia, pero Herschel aporta ahora nuevas evidencias de la existencia de cinco anillos concéntricos en los que se están formando nuevas estrellas.
Por otra parte, la imagen en rayos-X tomada de forma casi simultánea por el telescopio XMM-Newton revelan estrellas que están llegando al final de su vida.
De este modo, XMM-Newton muestra un gran número de fuentes de rayos-X en la galaxia de Andrómeda, muchos de ellos agrupados entorno al centro de la galaxia, donde normalmente la densidad de estrellas es mayor. Estas emisiones revelan ondas de choque o fragmentos de la explosión de una estrella cruzando el espacio interestelar, otras indican parejas de estrellas engarzadas en una lucha gravitatoria a muerte.
La agencia europea ha señalado que cuando una de las estrellas ya ha muerto, arrastra el gas de su compañera que está todavía activa. A medida que el gas atraviesa el espacio interestelar, se calienta y comienza a emitir rayos-X. La estrella activa puede llegar a agotarse, despojada de gran parte de su masa por el fuerte campo gravitatorio de su compañera, de mayor densidad. La estrella muerta, envuelta en un manto de gas robado, puede llegar a explotar.
Según ha explicado la ESA, tanto la imagen en infrarrojo como la de rayos-X muestran información que sería imposible recabar desde tierra, ya que estas longitudes de onda son absorbidas por la atmósfera terrestre.
Visto en Diario Público. Foto de ESA.
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