Haz clic en la imagen para verla a su tamaño original.
Gracias a una nueva técnica forense, basada en la biología evolutiva, ya es posible determinar la dirección de una serie de contagios por VIH y determinar el culpable de la epidemia. Una técnica muchísimo más compleja que los análisis de ADN disponibles hasta ahora.
Descarga o escucha el fichero MP3 o suscríbete al podcast, también en iTunes.
El trabajo ha sido publicado esta misma semana en el Proceedings of the National Academy of Sciences, y explica cómo a través de un método filogenético es posible trazar la historia de cómo ha evolucionado el virus a través de los individuos, ofreciendo así evidencia forense de quién lo ha transmitido a quién.
El análisis no es tan sencillo como el trazado del ADN utilizado para determinar el origen de un pelo o una muestra de sangre. «No hay solo una cadena, sino un conjunto de cadenas, porque el VIH está mutando constantemente cuando genera nuevos virus» explica Mike Metzker del Colegio Baylor de Medicina, co autor del estudio. Para resolver esto, los investigadores siguen la línea hacia atrás hasta encontrar un «ancestro común» en cada individuo, dado que en el punto de la transmisión «hay un cuello de botella genético, solo uno o dos virus pasan al receptor».
La prueba ha sido llevada a cabo en dos procesos judiciales, contra Philippe Padieu y Anthony E. Whitfield. Metzker y su equipo aislaron y secuenciaron dos regiones genéticas del virus encontrado en muestras de sangre tomadas de cada uno de los dos acusados así como de las víctimas y de otros afectados por el SIDA de los respectivos vecindarios. Después del análisis filogenético, Metzker, David Hillis y sus colaboradores consiguieron determinar cuál de los implicados era el más probable origen del contagio del resto. Esta y otras evidencias sirvieron para condenar a Whitfield en 2004 y a Padieu en 2009.
Foto de Scientific American.
0 comentarios:
Publicar un comentario