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«En marzo de 2004 se cumplen diez años desde que este artículo —absolutamente pionero y que fijó las bases para una crítica eficaz a la propiedad intelectual en la era digital— vio la luz en papel, en la revista Wired con el título The Economy of Ideas. Desde entonces ha sido citado y reproducido innumerables veces y se ha convertido en una referencia imprescindible para una crítica cabal a quienes tratan de imponer el viejo modelo de la propiedad intelectual y del copyright a Internet y a toda obra digital. Muchas de sus previsiones han resultado asombrosamente certeras y, pese al tiempo transcurrido, el artículo conserva su vigencia en lo fundamental. Sin embargo, en castellano solo ha aparecido —que sepamos— en un especial de la revista El Paseante —nº 27-28—, titulado La revolución digital y sus dilemas, publicado en 1998 y por tanto bastante difícil de encontrar hoy en día. Además, era una traducción incompleta pues, por causas que desconocemos, se publicó con sensibles recortes. Aparte de la de El Paseante, no existe ninguna otra traducción castellana en la Red, por lo que, con motivo de los diez años de su publicación en Wired, hemos decidido ponerla disponible, revisando la traducción cuidadosamente, corrigiendo algunas erratas y errores de interpretación y traduciendo todos los fragmentos —nada menos que doce párrafos— que no se incluyeron en la traducción original, trabajof este último que hay que agradecer a Raúl Sánchez Cedillo. También hemos devuelto al texto su estructura original, basándonos en la versión publicada por la EFF. Las notas a pie de páginas son todas de esta edición. —Miquel Vidal»
» La media hostia: Radio87Mhz «Somos una estación músical de radio en directo, que lleva emitiendo en la red desde el año 2005, todo tipo de música licenciada bajo copyleft, creative commons, coloriuris,artlibre o simplemente bajo dominio público.»
» La media hostia: Los 83 centavos de Reznor «Básicamente sabemos que tienes una audiencia que va a comprar cualquier cosa que saques, así que les cobramos más. Es en la música pop donde tenemos que hacer descuentos para que la gente la compre. Tus auténticos fans van a pagar cualquier cosa»
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Inicio con este artículo una serie dedicada a la logística asociada a la posesión de un blog. Me explico. La potestad de decidir cuál debe ser el contenido de un blog, y sobre qué temas debe escribirse en el mismo, pertenece únicamente a su autor. Con independencia de la ciencia contenida en cuestiones como el posicionamiento en los buscadores, el pagerank de Google, las etiquetas en los enlaces y el código meta en las plantillas, el uso o no de publicidad, las técnicas para atraer tráfico, etcétera, hay algo que no es posible cambiar y que hay que tener siempre en mente: El único camino para ser alguien en Internet es escribir mucho y escribir bien, sobre temas variados pero alrededor de una filosofía uniforme, creando una identidad en la red. Los buscadores no dejan de ser bestias algorítmicas pero, por el motivo que sea, finalmente lo que acaban premiando es esto.
SEOmoz es una muy útil herramientaonline que mide cuestiones como la importancia relativa y la visibilidad de un sitio web, su susceptibilidad para ser obtenida como resultado en un sitio de búsqueda, y datos sobre su popularidad y los enlaces recibidos desde la red. La herramienta ha sido diseñada para satisfacer la curiosidad de webmasters y profesionales de marketing que buscan una herramienta rápida para determinar la importancia relativa de un sitio.
Devuelve estos datos para el sitio que se le proporciona:
La visibilidad del nombre de dominio, o una cuenta de los resultados de Google para una búsqueda del dominio, centrándose en la visibilidad de la URL y no en la cuenta de enlaces entrantes
El porcentaje de enlaces internos, o el porcentaje de páginas en el dominio que enlazan con la URL objetivo, cifra que será del 100% si el URL coincide con el nombre de dominio, todo según Yahoo! Site Explorer
Para La media hostia, se devuelve un resultado de 5,5 sobre 10, con la siguiente nota:
«Tu sitio tiene impacto, y podría ser líder en su terreno —dependiendo de cómo de grande o de pequeño es ese terreno—. Sigue en esta línea, está claro que el esfuerzo está dando resultados.»
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Una familia tejana ha recibido la más dura lección que es posible recibir sobre qué significa realmente Creative Commons para un creativo que usa sus licencias.
El cineasta Damon Chang subió una foto familiar de su sobrina Alison a Flickr, para descubrir semanas más tarde que estaba siendo usada por Virgin Mobile en una cara campaña publicitaria. Ni Alison Chang ni su joven abogado Justin Wong, quien tomó la fotografía, han recibido compensación alguna por el uso de la imagen. Sin darse realmente cuenta, Damon Chang usó una licencia que permite el uso comercial del material, e incluso la realización de trabajos derivados, sin permiso del fotógrafo ni pago alguno al mismo. Un simple crédito al creador satisface los términos de la licencia.
La familia Chang considera un insulto el uso de la fotografía, dado que Alison es menor y ahora es conocida como «dump your pen friend girl» —N. del T. Admito no saber cómo traducirlo sin que pierda una gracia que probablemente no tiene—. Tras recibir consejo legal, la familia Chang está demandando ahora a Virgin Mobile USA y ¡a la corporación Creative Commons!
Virgin tomó partido de hasta cien imágenes generadas por usuarios para su campaña de anuncios, ahorrando una fortuna. Los abogados acusan a Virgin de invasión de la privacidad, libelo, y violación de contrato, pero es la sección de la demanda que nombra y culpa a Creative Commons la que promete tener consecuencias para lo que conocemos como «Web 2.0» y «contenidos generados por el usuario».
«Creative Commons le debe algo a Justing Wong» argumenta la familia Chang en su queja «tras fallar en el deber de, entre otras cosas, educarle y advertirle adecuadamente del significado de uso comercial y de las ramificaciones y efectos de hacerle aceptar una licencia que permite dicho uso.»
Virgin dice creer que «el espíritu del acuerdo Creative Commons está de acuerdo con la filosofía de Virgin» —la filosofía de conseguirlo gratis, es de suponer.—
De hecho, en todos los detalles menos en uno, esto demuestra a Creative Commons funcionando exactamente como debería: Haciendo más fácil que las imágenes sean reutilizadas sin permiso ni compensación para el creador. En la economía paralela de la Web 2.0, compartir de esta forma es la norma. Virgin ha estafado sólo en un pequeño detalle, al fallar en darle crédito a Justin Wong, algo fácil de hacer con letra pequeña. Por lo demás, Creative Commons le otorgó el permiso para hacer lo deseado.
Una especie de moraleja: Con el dinero que Virgin se ahorra realizando de esta forma sus campañas publicitarias, tiene de sobra para pagar a los abogados que atiendan las demandas si alguien protesta.
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» La media hostia: Nicht mit uns! Si tu Yahoo! ID está basada en Singapur, Alemania, Hong Kong o Corea sólamente verás contenido llamado seguro basándose en los términos de servicio locales, y no será posible deshabilitar este modo de búsqueda segura.
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» Linux AV: AGPL, GPL para la Web 2.0 La AGPLv3 es una nueva licencia basada en la GPLv3, con cláusulas adicionales que permiten a los usuarios que interactúan sobre una red construida con software licenciado bajo la misma recibir su código fuente.
» La media hostia: Bromas visuales HTML Visual HTML Jokes es un grupo en Flickr dedicado a fotografías que contienen en su interior algún tipo de broma en forma de código HTML.
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» Pixoolo » OpenRAW, RAW para todos Un fichero RAW contiene los datos originales de la imagen, sin compresión alguna. El formato es hoy por hoy propietario y dependiente del fabricante, e incluso distinto en función del modelo de cámara.
» Pixoolo » Gibson Robot Guitar, la guitarra que se afina sola Gibson va a lanzar estas navidades una edición limitada de su Robot Guitar, una guitarra que se mantiene afinada sola incluso después de cambiarle las cuerdas, y que permite con la pulsación de un botón pasar a distintos programas de afinación abiert
» La media hostia: Nicht mit uns! Si tu Yahoo! ID está basada en Singapur, Alemania, Hong Kong o Corea sólamente verás contenido llamado seguro basándose en los términos de servicio locales, y no será posible deshabilitar este modo de búsqueda segura.
» La media hostia: Flickr Places En el Web 2.0 Summit, Stewart Butterfield ha anunciado que Flickr va a comenzar a incluir una nueva interfaz llamada Flickr Places que permitirá localizar las fotografías geo-etiquetadas.
» La media hostia: Flickr Userscripts Una lista de diez útiles scripts para Flickr. Para poder utilizar estos scripts, es necesario haber instalado la extensión Greasemonkey en Firefox.
» La media hostia: Flickr y la foto dos billones yukesmooks es un usuario de Flickr que ha tenido la fortuna de subir al servicio la foto número dos billones —en la acepción anglosajona del término, es decir, para nosotros es la dos mil millones—.
«Después de publicar The End of Faith, recibí gran cantidad de correspondencia, en su mayor parte e-mails. Dado que tengo la buena suerte de haber podido publicar este libro en un país donde el 83% de la gente cree que Jesús literalmente resucitó de entre los muertos, gran parte de esta correspondencia era negativa, aunque no toda. Creo que muchos de vosotros presumirá que la mayor parte de quien escribía ese e-mail podía parecer irritado. No es así en absoluto. Pero buena parte sí revelaba un enfado quizá justificable pero que uno generalmente no asocia con los ideales del cristianismo.
Comencé a responder a esos e-mails, y desarrollé varias cartas-tipo para este propósito. Tenía una carta-tipo para musulmanes —algo que no resultará sorprendente a quienes hayan leído el libro—. Pero de las respuestas que obtuve a mis cartas-tipo para cristianos, me di cuenta de que algún día podría escribir algo parecido a la madre de todas las cartas-tipo, un libro muy corto. Ese resultó ser mi segundo libro, Letter to a Christian Nation.
Esta noche voy a hablar sobre algunos de los argumentos que los religiosos, y los cristianos en particular, utilizan en defensa de sus creencias religiosas. Resulta que no hay miles de formas de defender a Dios, hay más bien pocas, y esos argumentos son los que utilizo en mi Letter to a Christian Nation.
Primero quiero describir cómo veo nuestra situación actual en el mundo. El 87% de los norteamericanos afirman no dudar en forma alguna de la existencia de un Dios personal. El 53% cree que el universo tiene 6.000 años de edad, y que los seres humanos no tienen precursores genéticos en el mundo natural, aparte de Adán y Eva. El Diseño Inteligente, del que todos hemos oído hablar tanto, es una especie de arenque rojo —N. del T. Red herring en el original. En los juegos de aventura, se llama así a los objetos inútiles que únicamente ocupan espacio en la mochilla—, dado que, de acuerdo con la última encuesta de Gallup, el 53% de los norteamericanos se consideran creacionistas. En 2005, se realizó una encuesta en 34 países, intentando determinar los niveles de creencia de sus habitantes en la evolución, y los Estados Unidos ocuparon el penúltimo lugar, sólo por encima de Turquía.
Resulta embarazoso. Pero si añades a esta comedia de falsas certezas el hecho de que el 44% de nosotros piensa que la segunda venida de Jesús sucederá durante nuestras vidas —el 22% está seguro, mientras que otro 22% piensa que es probable— se aprecia que existe una fidelidad realmente terrible hacia este tipo de creencias. Éstas se asocian con una gran variedad de otras creencias sobre el fin del mundo, y sobre el cumplimiento de las profecías bíblicas. Lo que quiero discutir es que esto es completamente incompatible con intentar preparar un futuro duradero para nuestra civilización.
No es una exageración decir que aquel 44% de los norteamericanos está esperando impacientemente el fin del mundo. Es difícil aceptar que casi uno de cada dos de nuestros vecinos realmente cree en esto, y voy a hablar sobre ello en unos instantes, aunque distintas encuestas lo han revelado hasta la nausea. Considérese una institución como la universidad Patrick Henry. Nació hace sólo seis años, y tiene cerca de 250 estudiantes. Se trata de una escuela especializada en llevar jóvenes cristianos al gobierno. Todos los que se matriculan en la Patrick Henry firman una declaración de fe, que dice: «Cualquiera que muere lejos de Cristo será confinado en un tormento consciente durante la eternidad». Esto es así aparentemente lo más importante que debes tener en la cabeza si vas a formar parte del gobierno estadounidense durante el siglo XXI. Patrick Henry coloca más internos en la Casa Blanca que cualquier otra universidad en los Estados Unidos. Más que Hardvard, que Princeton y que Yale.
En 2004, la Coalición Cristiana otorgó a 42 de los 100 senadores en los Estados Unidos puntuaciones perfectas, significando que practican la posición correcta según el cristianismo en toda cuestión de importancia. Es decir, que no hace falta ser un paranoico para apreciar que se está fundando una teocracia en este país.
Y esto no es saludable. ¿Alguien piensa que sí lo es?
Tenemos que darnos cuenta de que la gente realmente tiene y practica estas creencias. Puede haberse notado que, durante el reciente conflicto entre Israel y sus vecinos, fuimos inundados con especulaciones en la prensa sobre si esto era un aviso del fin del mundo. La CNN dedicó hasta tres horas a esta cuestión a lo largo de una semana. Ningún periodista en estos programas apuntó lo obvio, o lo que debería ser obvio, que este punto de vista de los acontecimientos a través del prisma de las profecías bíblicas es completamente ilegítimo, peligroso y potencialmente autorrealizable —N. del T. Self-fulfilling en el original, aquí una explicación del concepto—.
No hablamos de un límite que roza lo lunático. Muchos de entre esta gente son sin duda lunáticos, por supuesto, pero no están al límite de la sociedad. Hablamos de pastores de megaiglesias con congregaciones de decenas de miles. Hablamos de organizaciones con presupuestos de decenas de millones de dólares, algunas de incluso cientos de millones al año.
Hablamos de organizaciones como los Cristianos Unidos por Israel, que está intentando influir en la administración para llevar a cabo una línea dura de actuaciones contra Irán, por razones bíblicas. Podría ser que fuese razonable llevar a cabo esta línea dura contra Irán, por supuesto, pero no va a ayudar en ningún caso tener detrás un grupo de maníacos religiosos empujándonos a hacerlo por los motivos equivocados.
Así que literalmente hablamos de hombres y mujeres adultos que esperan ser raptados por Jesús hacia el cielo. Y sí, si es posible creerlo, el dibujo es realmente más desolador en el mundo musulmán. Allí, nos embarcamos en un conflicto con cientos de frentes, para 1.400 millones de personas, un porcentaje muy significativo de los cuales piensa que cualquier cuestión política o moral debe despejarse mirando al Corán. Quiere decir que, en cualquier conflicto de cualquier tipo entre un musulmán y un no-musulmán, van a ponerse de parte del musulmán, no importa cómo de sociopáticos sean en realidad sus argumentos.
Mucha gente en nuestra sociedad, que deberían pensarlo mejor, como nuestros queridos laicos, se inclinan por pedir perdón por esta situación, imaginando que todos los conflictos con el mundo musulmán vienen de nuestra incompetencia, nuestra codicia, y nuestros errores del pasado. Es cierto que tenemos mucho por lo que pedir perdón, pero como todos los que ya hayan leído The End of Faith saben, creo que todo encierra un peligroso malentendido. Es un peligroso malentendido incluso si piensas que Iraq ha sido una catástrofe, como yo lo pienso. No hay discusión sobre los enemigos que hemos hecho en Iraq. Pero muchos otros de esos enemigos en realidad no los hemos hecho ahora. Y de los que hemos hecho, lo hemos hecho en gran parte a partir de la teología.
Veo a la fe jugando a un juego peligroso desde los dos lados del tablero. El mayor problema para nosotros, laicos y moderados, es que nos resulta muy difícil aceptar que la gente realmente cree este tipo de cosas. Somos muy malos apreciando cómo de lejos llegan los religiosos literalistas. Los moderados simplemente afirman que el fundamentalismo es una perversión de la fe, y que si la fe se corrompe, el problema no es la fe sino el fundamentalismo. Esto da cobertura a los extremismos religiosos, dado que los moderados no nos permiten criticar a la fe en sí misma, ni a la tendencia a creer en cosas basadas en una pésima evidencia.
Me gustaría explicar por qué creo que estamos en esta situación, por qué la gente cree lo que cree y por qué los cristianos, específicamente, creen en lo que creen, y cómo siempre surge gente que defiende a Dios. Hay sólo dos formas de hacer esto último: Bien argumentar que las doctrinas religiosas son ciertas, bien argumentar que son útiles. Habitualmente se mezclan los dos argumentos sin distinguir entre ellos. Sin embargo, es útil separarlos.
Primero, considérese la petición de que cualquier doctrina religiosa es cierta, específicamente la doctrina del cristianismo. Si eres cristiano, argumentarás que hay buenas razones para creer que Jesús nació de una virgen, que la biblia es la palabra de Dios, y de hecho muchos cristianos argumentan así. Dirán: «La tumba apareció vacía al tercer día, ¿cómo explicas eso?», o «muchos de sus discípulos vieron a Jesús caminar tras ser crucificado, esto es un milagro, es la prueba de que era hijo de Dios». O de otro modo, también muy común, invocarán la noción de la profecía y su confirmación. La idea es que los eventos del Nuevo Testamento confirman las profecías del Antiguo Testamento. Por supuesto, es un pésimo argumento. Por ejemplo, en el libro de Micah, capítulo 5, se dice que el Mesías nacerá en Belén y, he aquí que en Mateo, capítulo 2, Jesús nace en Belén. Es algo parecido a cuando las profecías en el primer libro de El Señor de los Anillos se confirman por las cosas que pasan en el tercer libro.
Lo que quiero que reconozcas es que confiar en la profecía es en sí mismo discutible. Se trata de un intento de razonar la validez de las creencias. Es un intento de decir que dichas creencias son ciertas dentro de algún tipo de marco racional. En este sentido, estos religiosos funcionan como malos científicos. Tienen creencias que creen que se adaptan al mundo. Piensan que son ciertas. Por esto hay doctrinas religiosas específicas que deben ser refutadas. Si hay una buena razón para creer que llueve afuera, no podemos afirmar de repente que creemos que no llueve. Es necesaria alguna evidencia.
Es este primer modo de argumentar la existencia de Dios —la noción de que las creencias religiosas son ciertas— lo que inevitablemente pone a la religión en colisión con la ciencia. Son creencias basada en malas evidencias. Pretenden describir el mundo de la forma en la que lo hacen los científicos, pero sin adaptarse al nivel de evidencias que exigimos de la ciencia y de la racionalidad. Si crees, por ejemplo, que la Guerra Civil fue un bulo, o si piensas que en realidad sucedió en 1920, o das buenas razones o serás considerado un loco. Cambiamos las reglas del juego cuando empezamos a hablar del origen divino de ciertos libros. Es un claro ejemplo de doble estándar: No respetamos la estupidez en nuestra sociedad a no ser que sea estupidez religiosa.
Esto es lo que considero peligroso de la religión. Realmente permite a gente perfectamente sana y perfectamente inteligente creer en cosas en las que sólo deberían creer lunáticos o idiotas, dado que la forma de discurrir automáticamente queda separada de cualquier criticismo. Si te levantas por la mañana pensando que decir unas cuantas palabras en latín convertirán los cereales en tu tazón en el cuerpo de Julio César o Elvis, habrás perdido la cabeza. Si piensas lo mismo de una hostia convirtiéndose en Jesús, no hay nada de malo en ti, simplemente resultas ser católico.
Hay una verdad básica sobre todos nosotros que ningún doble estándar puede borrar: O eres intelectualmente honesto, o no lo eres. O estás dispuesto a mirar hacia los datos desapasionadamente, o a ignorarlos o, peor, a deformarlos para conformar con una ideología previa que tienes. En la ciencia, sistemáticamente nos alejamos del dogmatismo. En la ciencia, aspiramos a la honestidad intelectual. Y, cuando la ciencia funciona, es cuando puede ser llamada ciencia. Eso es lo que se consigue.
La religión requiere una aproximación opuesta. La religión requiere dogmatismo. No hay versión del cristianismo que esté en principio abierta a la proposición, muy probable, de que Jesús nació de un proceso normal de procreación, y que fue asesinado como un animal. No es una versión del cristianismo realmente planteable. Rompe por completo los dogmas del cristianismo. Sin embargo, desafíos similares hacen crecer a la ciencia. Merece la pena notar la diferencia.
Muchos otros argumentan que no hay conflicto entre religión y ciencia. ¿Cómo hacen esto? El truco es este. Hacen dos cosas. Primero, argumentan que ningún ateo puede demostrar que no hay Dios. Así pues, el ateísmo es otra forma de fe: La fe en que no hay Dios. Bertrand Russell aniquiló este argumento hace un siglo con su famosa parábola de la tetera. ¿Puedes probar que no existe una tetera china en órbita elíptica alrededor del sol entre Marte y Júpiter en este momento? Pues, realmente no. ¿Es entonces razonable creer en la existencia de la tetera? No. ¿Es razonable como poco declararse agnóstico con respecto a la existencia de la tetera? Ni mucho menos. Fin del argumento.
No debe ser una carga puesta a las espaldas de los ateos ir por la vida probando la inexistencia de teteras celestiales. Algo a apuntar es que así tratan sin embargo los cristianos a los musulmanes. Miran su discurso. Los musulmanes reclaman tener un libro que es la palabra perfecta del creador del universo. ¿Por qué creen esto? Porque lo pone en el libro. A los cristianos les parece absurdo. Y sin embargo, este nivel de crítica no lo utilizan para sus propios dogmas religiosos.
Hay un segundo truco que algunos usan para hacer compatibles ciencia y religión, y es algo más sutil. Fue usado con buen resultado por Francis Collins en su libro reciente, El Idioma de Dios. Emerge habitualmente cuando encuentras gente considerando la importancia de algún descubrimiento científico específico. Tómese un hecho científico, por ejemplo, que el 99% de las especies que han habitado la tierra están extinguidas. Hay dos preguntas que es posible hacerse ante un hecho así. Puedes preguntar «¿es este hecho compatible con la existencia de un Dios omnisciente, omnipotente y perfectamente benevolente?», o bien puedes preguntar «¿sugiere este hecho la existencia de un Dios tal?» Estas preguntas parecen similares pero no lo son. Piénsese sobre esto. ¿Es el hecho de que el 99% de los productos de Dios han fracasado compatible con la existencia de un Dios omnisciente, omnipotente y perfectamente benevolente? Bueno, sí, en realidad cualquier hecho lo es, añadida la coletilla «¿quién entiende las intenciones de Dios? El puede haber querido destruir todas aquellas criaturas por algún motivo que no podemos alcanzar a entender.»
Pregúntese ahora de otra forma: Viendo que el 99% de las especies han acabado extinguidas, ¿concluiría alguna persona razonable que debe haber una deidad que lo puede todo, lo conoce todo y lo compadece todo manejando las cuerdas? Esto está cerca de ser la última cosa que podría deducirse de los datos. Por supuesto, la diferencia entre las dos preguntas se aplica a cualquier otro evento en la historia de la humanidad que pueda verse desde la fe. Véase el Holocausto. ¿Es el Holocausto compatible con la existencia de un Dios omnisciente, omnipotente y perfectamente compasivo? Bien, sí, puede que simplemente le jodan los judíos —N. del T. Pissed off at the Jews en el original—. O puede que no hubiera podido negarse a ofrecer a los Nazis una oportunidad tan perfecta para pecar. O quizás había una recompensa en el cielo para todo fallecido en una cámara de gas. Es posible siempre añadir coletillas así, de forma que esta versión de Dios sea infalsificable. Pero mírese de nuevo hacia el Holocausto. ¿Por un momento podrías pensar que una deidad invisible, amadora y poderosa se molesta por los asuntos humanos? Ni remotamente.
Dejemos ahora esta verdad aparente por un momento, y hablemos de la noción de que la religión es útil, porque este es el argumento que hace el trabajo sucio para los religiosos, en particular en nuestro país.
El argumento es que la religión es tan útil que es necesaria. La forma en la que se supone necesaria es facilitando un fundamento al comportamiento moral. Se reclama que la religión hace buena a la gente. El miedo es que, sin fe, nuestra sociedad se derrumbaría en antagonismos. Nos veríamos abocados a la avaricia y la maldad, y ninguno de nosotros puede en realidad formarse una intención duradera de ser bueno con los otros sin pensar al mismo tiempo que uno de nuestros libros ha sido dictado por el creador del universo.
Permítaseme decir lo que creo que hace esta idea incorrecta. Primero, se me ocurre que la única base racional para la moralidad es la constancia del sufrimiento de otras criaturas conscientes —para este propósito valen hombres y animales—. Incluso si llegáramos a fabricar ordenadores a quienes considerásemos plenamente conscientes, también tendríamos obligaciones morales con ellos. Por esto no sentimos un compromiso moral con las rocas, porque no se nos ocurre nada que pueda hacer sufrir a las rocas. Tiene sentido entonces que nuestro sentido moral tenga gradaciones. Hablo del hecho de que nos sintamos más concernidos sobre el sufrimiento de los chimpancés que sobre el de los grillos. La diferencia, si está justificada, es que pensamos que los chimpancés son más capaces de sufrir habida cuenta de su neurología más compleja, hecha la relación entre la complejidad física e intelectual y las posibilidades de felicidad y sufrimiento.
El problema con el concepto religioso de moralidad es que las cuestiones morales son sistemáticamente separadas de la realidad vital de humanos y animales. Por eso vivimos en un país donde los cristianos debaten sobre el matrimonio homosexual como la mayor cuestión moral de nuestro tiempo, como si resolver la mayor parte del sufrimiento humano dependiese de resolver esta cuestión.
Así que un concepto religioso de la moralidad tiene el perverso efecto de permitir a la gente religiosa —quienes por otra parte son tan buenos como cualquiera de nosotros— causar un inmenso sufrimiento en otros seres humanos a partir de sus diferencias de dogmas.
Un caso que ilustra la mayor parte de lo que se habla. Considérese a Madre Teresa. Se la considera habitualmente una gran fuerza de la compasión en este mundo y, hasta cierto punto, lo era. No hay duda de que alertó a muchos occidentales de la existencia de cierto tipo de sufrimiento. Yo la encontraba inspiradora, de hecho. Pero he aquí que cuando dio el discurso en el que aceptaba el Premio Nóbel, se permitió declarar que el aborto era la mayor forma de sufrimiento con la que ella se había encontrado. El aborto le hacía perder el sueño más que el hambre, el genocidio, la tortura política o la enfermedad mental, cualesquiera otras formas de sufrimiento humano que ella conocía.
Esto no tiene ningún sentido. Si tu intuición moral consiste en puntuar los distintos sufrimientos en este mundo, el aborto debería estar bien abajo en tu lista de preocupaciones. Puede que un feto abortado sufra al ser destruido. Puede que no. Uno no puede preocuparse por esto razonablemente cuando millones y millones de personas sufren cada día de sus vidas, a menudo por culpa de la crueldad o de la estupidez humanas. Cualquiera de acuerdo con la idea de moralidad de Madre Teresa celebrará que en El Salvador, en este momento, el aborto es completamente ilegal, sin excepciones por violación o incesto, y que hay mujeres que cumplen condenas de cárcel por 30 años por haber abortado ilegalmente. Cuando una chica llega a un hospital con el útero perforado, delatando un aborto ilegal, es atada con grilletes a su cama, y su vagina y útero son tratados como escena del crimen. Imagínese esto en un país que además estigmatiza los anticonceptivos como un pecado contra Dios. Esto es el mal. Y no requiere la colaboración de gente realmente mala. Sólo necesitas gente como Madre Teresa.
El obispo de El Salvador, circunstancialmente, fue quien redactó esta ley, y todo este movimiento para criminalizar el aborto fue iniciado por el papa Juan Pablo, tras un discurso suyo en México en 1999 reclamando que toda latinoamerica fuese libre-de-abortos. Esta es la visión de cómo el mundo debería ser si te adaptas estrechamente al dogma católico.
Lo cierto es que existen buenas razones para tratar bien al resto de la humanidad sin necesidad de creencias. Podemos ser sensibles al sufrimiento de otros seres humanos y darnos cuenta de que nuestra propia felicidad depende en gran manera de actuar siguiendo esa sensibilidad. El problema de la religión es que realmente da malos motivos a la gente para ser buenos, cuando en realidad existen buenos motivos. Es más valioso viajar a África para ayudar a la gente porque te concierne su sufrimiento que hacerlo porque piensas que el creador del universo quiere que lo hagas, que te recompensará por hacerlo, o que te castigará por no hacerlo.
Hay otros problemas con este matrimonio entre religión y moralidad. Esta idea de que nuestra bondad debe surgir de la fe sugiere que nosotros ateos deberíamos tener un comportamiento realmente malo. Tómese una organización como nuestra Academia Nacional de Ciencias, donde un 93% de sus miembros rechaza la idea de un Dios personal. Quizá deberíamos estar asesinando, robando y violando compulsivamente. No conozco a nadie que se haya tomado la molestia de hacer un estudio de nuestro comportamiento, pero me reconozco escéptico ante la idea de que nos encontremos en un recinto plagado de distinguidos criminales.
¿Cuáles son las probabilidades de que nuestros Premios Nobel en química y psicología abusen sexualmente de niños con la frecuencia con la que lo hacen los monjes católicos?
Así que lo que propongo es que cuando las asociaciones científicas y escépticas comiencen a poner bombas en las sedes de los editores periodísticos que han permitido que se publiquen caricaturas nuestras en sus ejemplares, comencemos a hablar de cómo el ateísmo erosiona el fundamento de la moralidad.
Tomando la sociedad en su totalidad, esta conexión entre religiosidad y buen comportamiento es también difícil de establecer. Considérense las sociedades más ateas, Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda, Canadá, Australia. Se verá que tienen los índices más bajos de crimen violento, mortalidad infantil, y la mejor igualdad entre géneros y una renta per capita alta. Con independencia de que te interese estudiar el comportamiento moral, estos son desde luego los mejores sitios para vivir. La misma distinción se aplica dentro de los Estados Unidos. En los estados rojos, llamados así por las convicciones religiosas de su población —N. del T. Rojo tiene en Estados Unidos el significado contrario al que tiene en Europa, los estados rojos son los de mayoría republicana—, tienen los índices más altos de crímenes violentos, de embarazos adolescentes, y de enfermedades venéreas. Los jovenes norteamericanos tienen 70 veces más probabilidades de tener gonorrea que sus equivalentes en la atea Francia. Irónico, dada la connotación que tiene el sexo en este país religioso. Permitamonos no sacar demasiadas conclusiones de este dato.
No es justo decir que altos niveles de religiosidad socaven la moralidad pública. Podría ser que una sociedad estresada cause que su gente sea más religiosa. Lo que sí debe decirse es que altos niveles de religiosidad nunca garantizan el buen comportamiento público de una sociedad. Viendo aquellos países en la Europa occidental con bajos niveles de crimen y más generosas donaciones al tercer mundo, considerando su y nuestra renta per capita, sí puede decirse que el ateísmo es compatible con los objetivos de una sociedad civil.
Lo extraño es que mientras los extremistas islámicos estrellan aviones en nuestros edificios, los ateos somos la minoría más despreciada en este país. El ateísmo es la única variable que en sí misma es un impedimento para ejercer un cargo político en los Estados Unidos. La major parte de los norteamericanos —estoy seguro de que conocían este dato— afirma que nunca votaría por un ateo incluso si se tratase del más cualificado miembro de su propio partido. Esto no pasa con los musulmanes, ni siquiera con los homosexuales. El ateísmo es lo único que rompe la baraja. Con certeza este vínculo imaginario entre religión y moralidad es el culpable de esta animosidad.
Regresemos brevemente a esta noción de verdad. Es importante apuntar que, incluso si la religión fuese una fuente fiable de moralidad, incluso si la religión hiciese buena a la gente y el ateísmo la hiciese mala, esto no sería un argumento a favor de la verdad tras cualquier doctrina religiosa. Podría funcionar la religión como placebo. La creencia religiosa podría ser útil, aunque vacía de cualquier contenido.
Es difícil de ver incluso para los ateos, pero es más fácil si cambias el sujeto de Dios a cualquier fenómeno ordinario. Supóngase que creo que mido metro noventa. Realmente no mido metro noventa, pero digamos que lo mantengo incluso cuando estoy en compañía de gente que realmente mide metro noventa y me ve las calvas. Imagínese que cuando alguien me pregunta por qué creo esto digo, «bien, simplemente soy feliz siendo así de alto, tengo más confianza en mí mismo, y medir metro noventa me ha hecho mejor persona». E insisto «muchos estudios han demostrado que los hombres que miden metro noventa o más son considerados más atractivos y consiguen mejores trabajos. ¿Insinúas que debería renunciar a las ventajas de medir metro noventa?»
Claramente algo no funciona en esas respuestas. Mi argumento es que alguien que cree en Dios no es libre de decirte que lo cree porque eso le hace mejor persona, porque eso le da sentido a su vida, o porque simplemente le gusta ir a la iglesia los domingos. No son respuestas adecuadas. Y sin embargo son las respuestas que intentan dar la verdad de cualquier doctrina religiosa.
En conclusión, sólo quiero decir lo que motiva el ruido que hago, y lo que últimamente me encuentro haciendo. Estoy preocupado por la situación en el mundo. Creo que podemos perder todo lo que tenemos, y no personalmente sino como civilización. Hablo de empezar a vivir en una sociedad que se mueve alrededor de los principios de una saludable vida humana. Puedes pensar que no lo hemos conseguido aquí, ni de lejos, pero mira cómo vive gran parte del mundo. Mira cómo es la vida en Iraq o Afghanistan. Mira cuánto planeta está consumido por la violencia, y cuánta de esta violencia ha nacido de que la comunidad humana ha sido separada por ortodoxias religiosas en competición.
Vivimos en un mundo donde millones de personas justifican las muertes violentas de sus hijos recurriendo a cuentos de hadas. Vivimos en un mundo donde millones de musulmanes piensan que nada es mejor que morir en defensa de su fe. Vivimos en un mundo donde millones de cristianos americanos esperan a que Jesús les rapte hacia el cielo para poder ver en primicia el genocidio que inaugurará el fin de la historia humana.
Me parece que la barbarie está a las puertas. No a las puertas. En muchos casos ha atravesado las puertas. Las vigilan desde dentro. La historia de nuestra civilización aún no ha sido escrita. No hay garantías de que no vayan a escribirla los maníacos religiosos del futuro. Está en nosotros cambiar las reglas del juego. Mi argumento básico es simple: Lo mejor de nosotros no necesita nada de lo peor de nosotros. Pero aún nos dicen todos que el engaño es sagrado, el engaño es todo lo que tenemos y lo que debe nutrir nuestra civilización.
No es cierto.
Muchas gracias.»
Actualización: Me informa el propio Harris de que sus libros van a ser editados en España por la editorial Paradigma. Si llegan a tiempo, serán un excelente regalo de Navidad. Sí, a muchos laicos nos siguen gustando los regalos de Navidad.
» La media hostia: Listos para la Ascensión Rapture Ready, traducible como Listos para la Ascensión, es un sitio cuyo cometido es preparar a sus lectores para la llegada del juicio final.
» La media hostia: La hipócrita Madre Teresa La Madre Teresa, con poca oposición uno de los personajes más hipócritas del pasado siglo, recibió nuestro Nóbel de la Paz en 1979. Fue también beatificada a mediados de 2003.
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A poco que te despistes, es habitual que tu agregador de feeds aparezca saturado con más de quinientas entradas. Es la penosa consecuencia de haber cambiado de una forma tan drástica la mecánica de seguir tus sitios web favoritos. ¿Recuerdas la vieja mecánica, cómo se hacía el siglo pasado? Simplemente estaban entre tus bookmarks y, de vez en cuando, les pegabas una visita.
Simplemente, permite programar una serie de sitios a ser visitados diariamente, más otras tantas series a ser visitadas semanalmente en un determinado día. Una vez configuradas, sólo hay que acceder al navegador y pulsar la taza de café para acceder a las páginas que se tienen establecidas para ser visitadas cada momento.
«Era evidente que desde que ganó el Frente Popular se produjo en España una crispación espantosa, y yo veía eso desde mi sitio de solitario. Era una crispación tan grande como la que hay ahora, pero ahora nosotros estamos vacunados contra el fusil y contra la trinchera, pero todo se parece mucho.
(...)
Me intenté hacer del Partido Egoísta, que creó Tucker, el de los coches, en Estados Unidos. Cuando me quise hacer, ya se había disuelto. Y me quise hacer ciudadano del mundo. Y así me siento, ciudadano del mundo»
Cuenta que al tercer día de nacer, García Berlanga ya se estaba cagando en la sociedad española. Es la relación amor/odio que en mayor o menor medida todos los españoles profesamos a nuestro país. Amamos España, y España nos odia. A veces, con suerte, viceversa.
Se trata de un usuario de Flickr que ha tenido la fortuna de subir al servicio la foto número dos billones —en la acepción anglosajona del término, es decir, para nosotros es la dos mil millones—. La foto, tomada frente a Market City, en el Chinatown de Sydney, no es por supuesto gran cosa, como en realidad habría sido de esperar. Y sin embargo, la anécdota dota a la imagen de una irresistible componente expresionista.
A pesar de que el staff de Flickr estuvo apostando durante mucho tiempo cuándo sucedería todo esto, no ha habido ningún tipo de premio oficial. Igual, con blogs de medio planeta haciendo publicidad, tampoco lo necesita.
Esta característica descarga anticipadamente y de forma transparente para el usuario las páginas que están siendo enlazadas desde la que se está visualizando en cada momento. De esta forma, cuando el usuario pulsa sobre uno de los enlaces, es probable que la página correspondiente ya se encuentre en la caché del navegador. Se utiliza de forma inteligente el ancho de banda que de otra forma no se aprovecharía, es decir, no se compite con, por ejemplo, archivos que se están descargando.
Cabe reportar que Firefox por omisión precarga los enlaces que han sido explícitamente marcados por el diseñador de la página y que, dado que no se trata de una práctica habitual, apenas existe beneficio por esta característica.
Dado que la descarga adelantada es básicamente equivalente a hacer clic en un enlace, y hacer clic en un enlace dinámico puede ejecutar acciones como salir o vaciar el carro, sólo se aplica el prefetching al contenido estático. Añádase esta limitación a las ya existentes en el mecanismo de descarga adelantada por omisión de Firefox y que se enumeran aquí.
Los usuarios tras un firewall que monitoriza los hábitos de acceso a la red deben tener en cuenta que los enlaces precargados aparecerán ante dicho firewall como realmente visitados. En un puesto de trabajo, esto puede hacer conveniente deshabilitar la característica. Aún así, Fasterfox facilita algunas otras características que mejoran el rendimiento de la navegación, como son las conexiones simultáneas, pipelining, DNS cache, o un bloqueador para los pop-ups iniciados por los plug-ins Flash.
Se incluye un contador del tiempo de carga de las páginas con una precisión de milisegundo, útil para determinar la efectividad de la extensión.
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En Hannah y sus Hermanas, Woody Allen interpreta a un hipocondríaco, obsesionado con su cercana muerte —los síntomas son claros, ¡ha perdido la sensibilidad a ciertas frecuencias en uno de sus oídos, y eso sólo puede significar la presencia de un tumor cerebral!—. Espantado por la idea de desaparecer para siempre, a lo largo de la película explora distintas posibilidades de volverse religioso. Abandona el judaísmo de sus padres e intenta abrazar el cristianismo. Pero, he aquí que el cristianismo no garantiza la reencarnación, así que incluso llega a plantearse hacerse Hare Krishna.
«Bueno, te lo diré. Un día, hace cosa de un mes, por fin toqué fondo. Simplemente llegué a la conclusión de que no quería seguir viviendo en un universo sin dios... Bien, resulta que tengo un rifle, y lo cargué, ¿puedes creerlo? Lo apunté a la frente y recuerdo que pensé en ese momento: Me voy a matar... Luego pensé, ¿y si estoy equivocado? ¿Qué pasa si realmente hay dios? Nadie lo sabe seguro. Pero luego pensé, no, la palabra quizá no me basta. Quiero tener seguridad, o no quiero nada. Oía con claridad el tic tac del reloj. Yo estaba allí, quieto, con el rifle apuntándome a la frente, dudando si disparar o no... De repente, el rifle se me disparó.
Estaba tan tenso que mi dedo había apretado el gatillo sin que me diera cuenta. Sudaba tanto que el rifle resbaló de mi frente, y por eso no me maté. De repente los vecinos llamaban a la puerta y... No sé, todo era confusión. Entonces me fui corriendo a la puerta. No sabía qué decir. Estaba avergonzado y la mente me iba a mil por hora. Y sólo sabia una cosa, que tenía que salir de casa, que tenía que salir al aire libre, y despejar la cabeza.
Recuerdo con mucha claridad que fui paseando por las calles. Anduve y anduve... No sé lo que pasaba por mi mente. Todo me parecía tan violento e irreal. Continué paseando mucho tiempo por el lado noroeste de la ciudad, y supongo que pasaron horas... Los pies me dolían, la cabeza me estallaba, y necesitaba sentarme, así que entré en un cine.
Ni siquiera sabía qué película ponían, pero me hacía falta un momento de tranquilidad para recomponer mis pensamientos, obrar con lógica, y volver a colocar el mundo en una perspectiva racional.
Fui arriba al anfiteatro y me senté. Recuero que ponían una película que había visto muchas veces en mi vida, durante mi infancia, y que siempre me había gustado una barbaridad. Bueno, pues allí estaba yo viendo aquella gente en la pantalla. La película empezó a interesarme, y entonces comencé a pensar otra cosa.
¿Cómo se te ocurre matarte? ¿No te parece una estupidez? ¿No lo comprendes? Fíjate en toda esa gente que está allí arriba. Tienen mucha gracia. E incluso aunque a lo peor sea cierto, qué pasa si no existe dios y nosotros sólo vivimos una vez y se acabó. ¿No te interesa? ¿No te interesa esa experiencia?
Entonces me dije, ¡qué diablos! No todo es malo. Y pensé para mis adentros, ¿por qué no dejo de destrozar mi vida buscando respuestas que quizás jamás voy a encontrar, y me dedico a disfrutarla mientras dure? Y después, después ... ¿quién sabe? Quizá existe algo, nadie lo sabe seguro. Sé que la palabra quizá es un perchero muy débil en el que colgar toda una vida, pero es lo único que tenemos.
Luego me acomodé en la butaca, y realmente empecé a pasarlo bien.»
«Los cristianos crían a sus hijos como cristianos, los judíos crían a sus hijos como judíos, y los musulmanes crían a sus hijos como musulmanes. Así pues, ¿no tiene sentodo que los ateos criemos a nuestros hijos como ateos? A primera vista podría parecer lógico, y sin embargo, esto no tiene demasiado sentido.
Para empezar, religiones como el cristianismo, el judaísmo o el islam son sistemas de creencias. Cuando crías a un niño como cristiano o como musulmán, le estás enseñando que el mundo es de una cierta manera, que ocupan un cierto lugar en el mundo, y que existe una orden moral que les obliga a creer lo que están siendo enseñados. Se trata de un proceso de formación mental, emocional, social y psicológico basado en un complejo sistema de creencias, actitudes e ideas.
Siendo el ateísmo una simple falta de creencia en dioses, no hay desde luego paralelismo.
Otro asunto importante es el hecho de que los niños nacen ateos, es decir, han de ser enseñados a creer en dioses y a adoptar sistemas religiosos. Si no les dices que deberían creer esas cosas, simplemente mantendrían su condición. Es decir, que no se necesita nada más para hacer crecer un niño como ateo.
Sin embargo, cabría preguntarse, ¿no podrían esos niños adquirir creencias religiosas en otra parte? ¿No deberían ser educados para prevenir que esto ocurra? Es cierto, podrían aprender estas cosas lejos de casa, y posiblemente uno preferiría que esto no ocurra. Sin embargo, entre las distintas formas de intentar conseguir esto, hay diferencias éticas e intelectuales. De momento, esto implica que hay que enseñar más cosas, aparte del ateísmo.
Si, por ejemplo, educas a tus hijos como ateos enseñándoles a ridiculizar las creencias de otros, sólo les estás inculcando prejuicios. No es necesario que acepten o estén de acuerdo con las creencias de otros, pero no deberían acostumbrarse a ridiculizar esas creencias, o a tratar a los creyentes como si no merecieran el mismo respeto como personas que los ateos o los simplemente no religiosos. No sólo se trata de prevenir conflictos innecesarios. También de hacerles simplemente mejores personas.
Por otra parte, podrías enseñar a tus hijos a ser escépticos y pensadores críticos. Si se hace así, por regla general no será necesario nada más para que traten las premisas religiosas escépticamente por sus propios medios. El escepticismo y el pensamiento crítico son además actitudes que deben ser cultivadas sobre un amplio rango de temas, no sólo enfocándose en la religión y olvidándolas en el resto de las cuestiones.
Por supuesto, esto no necesariamente previene que acaben adoptando creencias religiosas a partir de lo que aprenden fuera de casa, ya que el escepticismo o el pensamiento crítico no necesariamente previenen a nadie de terminar teísta o simplemente religioso. Por supuesto, reduce las posibilidades, e incluso, de suceder, sucederá de forma poco extrema o traducional.
La cuestión es: ¿Estás más interesado simplemente en que tus hijos no sean religiosos, o en lo que estás interesado es en que no acaben siendo el tipo de persona que aceptan creencias sin crítica alguna o simplemente que no piensan por sí mismos? Lo primero es una forma de intolerancia y cabe pensar que no resulta ético criar a un hijo de esta forma.
Lo segundo es sin embargo una muy buena idea, y muy ética. Si todo niño fuese criado de esta forma, lo más probable es que la sociedad en pleno fuese mejor. Educándoles para pensar por sí mismos en lugar de para rechazar de plano ciertas ideas, les estás dando la posibilidad de que tomen alguna postura religiosa distinta de la de sus padres. Si éstos, sin embargo, son tolerantes y aman a sus hijos, con seguridad no tendrán problema si sucede.»
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En España, aún el más caprichoso de los republicanos, tiene de tiempo en tiempo motivos para declararse juancarlista. El mismo rey que durante su coronación juró defender los objetivos del Movimiento Nacional, colaboró sin embargo en traer la democracia al país, legalizar los partidos políticos hasta entonces ilegales y, de forma especialmente memorable, desactivar de un sopapo dialéctico el intento de Golpe de Estado en febrero 1981.
La última de Juan Carlos I ha sido mandar callar de forma nada solemne pero sí magistral al venezolano Chávez igual que te mandaría la abuela dejar de sorber la sopa. Con suerte, esto servirá de lección a millones y millones de votantes en Latinoamérica: Se puede tratar al populismo con grosería sin perder un ápice de glamour.
«La hipótesis de que los McCann mataran accidentalmente a su hija e hicieran desaparecer su cadáver es irresistible en los justos términos de la fama. Llevaban dos meses protagonizando la más intensa y global campaña de búsqueda de un desaparecido que jamás había tenido lugar. Beckham, Benedicto XVI y Laura Bush, es decir y por este orden, los tres centros de poder más decisivos del universo, se habían interesado por la desgraciada suerte de la pequeña Madeleine. Que de pronto la policía portuguesa los declarase sospechosos de la desaparición de su hija iba a provocar una hecatombe mediática. La que ha provocado.
Sin embargo, a 164 días de la desaparición, esa hipótesis sólo se sostiene por la fe que un ciudadano tenga en el funcionamiento de la democracia. Créanme. No tengo tiempo ni espacio, pero habrán de hacerme confianza, como escribimos los catalanes de Castilla: conozco hasta el último rincón de lo que el tabloide más inhumano ha publicado sobre el asunto. No dispongo de ninguna información privilegiada; como Google y otros hombrecitos mi inteligencia es mi tamaño. Es muy grande y abarca el más mínimo pliegue. Pues bien: no hay posibilidad de escribir un discurso racional con lo que el público conoce. Junten los periódicos, las televisiones, las radios, los blogs, los foros: imaginen un cíclope (insisto, Google o yo mismo) capaz de leerlo todo y capaz de ordenarlo. Nada. Nada que la razón atienda. La pregunta también debe de quemarles: ¿para qué ha sido escrito todo eso? Hay otra pregunta: ¿es el caso Maddie una metáfora brutal del discurso periodístico contemporáneo y lo que se escribe sobre los McCann es, secamente, lo que se escribe?
Nada más que la palabra de un policía. Si él se atrevió a levantarse contra la Humanidad “pues exactamente esto es lo que hizo enfocando la sospecha hacia los padres” es que algo secreto, terrible y decisivo sabe. Está nuestra fe en la democracia y nuestra fe en el poder. Y hay algo hermosamente paradójico, y mucho más temible que las credulidades invocadas: nuestra fe en el débil. Apenas es preciso referirse al menosprecio con que el establishment británico ha juzgado las investigaciones de la policía portuguesa, aunque, por cierto, siempre fueran compartidas con la policía británica. Pero a ese racismo poco disimulado le hemos dado una respuesta literaria: Sostiene Pereira. El funcionario modesto y obstinado que derriba a un gigante escarbando con la uña. La palabra de un policía, nimbada por un cierto efecto estético. Mal asunto cualquier asunto donde la literatura extienda sus garritas.»
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Desde Seth's Blog, tres cosas que necesitas para que un pequeño negocio triunfe. Debe entenderse que se necesitan muchas más, pero que estas tres son imprescindibles.
La habilidad de abandonar los planes tan pronto está claro que no funcionan.
La capacidad de hacer lo correcto incluso cuando lo correcto supone perder dinero a corto plazo.
La suficiente confianza en otras personas como para permitir no tener que hacerlo todo uno mismo.
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«La Fundación Mozilla parece que se ha dado cuenta de cuánto ha descendido el ritmo de creación de nuevas extensiones y ha decidido abrir un concurso para desarrolladores. Tres primeros premios y doce accésits serán repartidos entre quienes creen las extensiones que brinden la mejor experiencia de usuario, innovación y uso de los estándares abiertos. Los premios y condiciones están descritos en las reglas oficiales del concurso.
El jurado de la competencia es un dream team del mundo de la informática: Garrett Camp, fundador y encargado de la Oficina de Producto de StumbleUpon; Brendan Eich, CTO de Mozilla y creador del lenguaje JavaScript; Tariq Krim, fundador y CEO de Netvibes; Jesse James Garrett, presidente de Adaptive Path; Joshua Schachter, fundador de del.icio.us, y director de Ingeniería de Yahoo!
Hay chance hasta el 31 de diciembre para participar. En la nota de Mozilla News donde anuncian el concurso, sueltan un dato para programadores que necesiten inspiración: el wiki de ideas interesantes que pueden ser convertidas en extensiones para Firefox.»
«Pagerank - Visite nuestro sitio web para tener más información acerca de por qué no añadimos esta caracteristica a esta versión open source. (Quejarse sobre esto aquí es inapropiado.)»
La explicación completa a la que se refiere, en traducción libre, es ésta:
«Tal y como los mensajes más... Excitables... han apuntado a lo largo de los años desde que comenzó este proyecto, es ciertamente posible obtener los valores Pagerank de un sitio directamente de Google, si no tienes inconveniente en practicar algo de ingeniería inversa aquí y allí. No obstante, aunque hemos recibido varias ofertas de scripts que hacen esto, éstas han desaparecido con el tiempo, principalmente porque Google Inc. —entre otras cosas, la propietaria del término registrado Pagerank— ha solido tomar actitudes turbias al respecto. En nuestra correspondencia privada tras el telón, la primera razón citada por el equipo de Google para rechazar scripts privados ha sido tratar de evitar que el sistema quede abierto a abusos a gran escala, especialmente por parte de gente que busca mejorar el ranking de sus sitios artificialmente realizando cientos de solicitudes en un corto espacio de tiempo.
Mientras que ha habido algunas menciones por parte de Google sobre formas de que la gente obtenga el Pagerank directamente del sitio, esto no ha llegado a transformarse en algo utilizable por el proyecto Googlebar... No obstante, dado que Google siempre ha estado dispuesto a tolerar la existencia de alternativas a sus productos —nuestro proyecto, por ejemplo— nos hemos visto obligados a no incluir ningún código que gestione la visualización del Pagerank, debido a los potenciales problemas legales con Google que esto traería. La situación aún persiste, y explica por qué el proyecto independiente Googlebar nunca ha incorporado la misma característica de visualización de los valores Pagerank tal y como la Toolbar oficial de Google Inc. para Internet Explorer hace.»
La alternativa en este caso es utilizar la PageRank Status Extension, una que no incluye funcionalidad alguna de la Toolbar de Google excepto mostrar el Pagerank de la página actual en la barra de estado, así:
Es compatible con Windows, Linux y Apple Mac, y la mínima versión de Firefox requerida es la 1.5.