La media hostia

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Charles W. Colson

En un vuelo a través del país, hace algunos años, tuvimos severas turbulencias. El caballero junto a mi lado, quien un rato antes había estado insistiendo vehementemente en su condición de ateo empezó a gritar «que Dios nos ayude».

Sí, incluso algunos ateos rezan, porque la imagen de Dios está implantada en nosotros. Estudios independientes demuestran que nacemos con la idea de Dios. Es así como estamos cableados. Así que, ser ateo requiere un rechazo absoluto hacia reconocer ese algo que todos sabemos que es cierto.

De hecho, nunca he conocido a ningún ateo. Cuando alguien afirma serlo, le pido una prueba de que Dios no existe. Nadie me ha contestado convincentemente a esa pregunta. Algunos se retiran y reconocen ser en el fondo agnósticos. Les pregunto entonces si han examinado cuidadosamente cada religión. Su respuesta suele ser no. Les explico que no es posible ser agnóstico a no ser que estén convencidos de que no puede conocerse a Dios.

No existen los ateos. Sólo existe gente cuyo orgullo sobrepasa a su conocimiento innato.

Visto en On Faith.

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