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David Osorio
La primera vez que oí hablar de Noam Chomsky y que me importó fue cuando el presidente venezolano Hugo Chávez lo mencionó y comparó con John Kenneth Galbraith, que había muerto poco antes de esa conferencia en la Asamblea General de la ONU. El New York Times se equivocó y pensó que Chávez había dicho que Chomsky —quien estaba vivito y coleando— había muerto.
La segunda vez que tuve conocimiento de Chomsky fue cuando en una entrevista del 2008, se refirió al «asesinato de Raúl Reyes» (?). Chomsky, que ha escrito tanto sobre la guerra, debería saber mejor que nadie que a alguien que entra voluntariamente en un conflicto armado, a su muerte es imposible difícil que sea catalogado como asesinato.
Aunque muchos le hayan pasado por alto, esas licencias que se cometen en nombre de la afinidad ideológica, yo las encuentro bastante molestas.
Empecé a preguntarme si ese tipo de licencias eran algo común en la obra de Chomsky y me puse a buscar y contrastar. Cuál no sería mi sorpresa al encontrar que el lingüista es mucho más laxo con el lenguaje de lo que uno podría imaginar.
La primera crítica a Chomsky se generó en Diciembre de 1969, cuando el escritor e historiador, ganador en dos ocasiones del premio Pulitzer, Arthur M. Schlesinger Jr., señaló que las citas de Chomsky de un discurso del presidente Harry Truman eran inventadas.
En Febrero de 1970, Chomsky respondió admitiendo que lo que ponía como citas del discurso de Truman en realidad eran parafraseados del discurso de Truman que le habían llegado por cuenta de fuentes secundarias.
Esta sería la primera de múltiples licencias que se tomaría Chomsky al escribir irresponsablemente sobre lo humano y lo divino.
El quid del asunto fue éste. Chomsky se dio las mañas de convertir esto:
Hay una cosa que los estadounidenses valoramos aún más que la paz. Es la libertad. La libertad de culto, la libertad de expresión, la libertad de empresa. Debe ser cierto que las dos primeras de estas libertades están relacionadas con la tercera. Porque, en toda la historia, la libertad de culto y la libertad de expresión se han disfrutado con más frecuencia en las sociedades que han otorgado un considerable grado de libertad a la empresa individual. La libertad ha florecido donde el poder se ha dispersado. También ha languidecido dónde el poder ha sido también altamente centralizado. Así que nuestra devoción a la libertad de empresa, en Estados Unidos, tiene raíces más profundas que un deseo de proteger los beneficios de la propiedad.
En esto:
Toda libertad depende de la libertad de empresa. Todo el mundo debería adoptar el sistema estadounidense. El sistema estadounidense puede sobrevivir en Estados Unidos sólo si se convierte en un sistema mundial
El artículo completo en Lente Escéptico. De lectura obligada. Foto de Duncan Rawlinson.
Efectivamente es de lectura obligada. Aunque, en realidad, lo curioso es como se emplea toda esa tinta contra alguien que alerta sobre la clase dirigente. Se conoce que hacen bastante daño los argumentos de Chomsky para evitar que nos mangoneen.
Noam Chomsky, una vez más, pone el dedo en la llaga, quita la careta al capitalismo salvaje, denuncia los abusos del mercado neoliberal y sitúa a las personas por encima del dinero y la competitividad.
http://javiermadrazo.wordpress.com/2010/05/10/la-sabiduria-de-noam-chomsky/