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Se trata de uno de los eslóganes elegidos por la Outdoor Advertising Association para aparecer en los autobuses británicos, como un intento de demostrar el poder del marketing tradicional con respecto a la publicidad online. La propia OAA ha tenido que retirarlo tras las protestas de las asociaciones de mujeres trabajadoras, cambiándolo por un menos ingenioso «1966 tampoco sucederá este año» en referencia a las posibilidades de la selección de Inglaterra en el próximo mundial de fútbol de Sudáfrica, y que probablemente recabará reproches similares por parte de los hombres trabajadores.
El responsable de la campaña es Garry Lace, el cual debería ir buscando nuevo empleo para el Grupo ING, Danone, Telefónica, Media Markt, o cualquiera de esas empresas conocidas por tratar como estúpidos a sus posibles futuros clientes.
Gentileza de le crack @kurioso en Twitter.
En realidad, es un pensamiento muy extendido entre la sociedad inglesa, y los anuncios como este no crean tanto revuelo en las islas como el que crearían en España, o sobretodo en países como Francia o Alemania donde se echaría el mundo encima de los autobuses.